Capítulo 54

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Esa noche parecía imposible conseguir acercarse a Lobo.

Lina lo había acaparado de inmediato para las fotos. Breen por su parte, se había apartado de su lugar dejando atrás sus pertenencias con la intención de mezclarse más rápido entre las personas que se amontonaban cerca de donde se encontraban ellos. Quizá de esa manera podría darle algún guiño, o indicio de que deseaba hablar con él.

Por otro lado, el público y la prensa lucían a gusto con lo presentado. Zaf-Wash cumplía con sus expectativas. Eso era bueno. Un rotundo éxito. Aunque, un buen trabajo no siempre asegura el éxito; no cuando existen otros factores que influyen en los resultados favorables o los aplausos otorgados. Justo eso Lina quería ganar. Ella permanecía junto a los periodistas y se encargaba de asegurar que el triunfo de la noche se debía a su padre... cuando en realidad eso no era cierto. Jorge Olbert había aportado capital para el proyecto; Lobo y el resto de los trabajadores de Hades habían invertido tiempo y dedicación.

Dicha verdad él se la aclaró a su prometida, al segundo siguiente de haberse alejado de las cámaras. Por demás, se retiró zafándose la corbata que ya estaba harto de soportar. Mauro fue detrás de su jefe; Breen los persiguió de camino a la salida de empleados, a la vez en que daba sutiles trotes, e intentaba no tropezar, ni mucho menos caerse con aquellos tacones de aguja sin plataforma.

Los hombres le sacaban varios pasos, por ende, se reunieron antes de que la chica pudiera sumárseles.

— ¡Lina me tiene de los nervios! –se quejó Lobo dando un manotazo al aire.

Breen se mantuvo lejos, en busca de esperar a que Mauro se retirase. Luego, ella sorprendería a Lobo apenas estuviera solo. Entonces, podrían conversar.

— ¡No hay un periodista al que no le hable para exaltar la disque perfecta gestión de su padre! ¿Te lo puedes creer?

— Yo considero que después de que te encontrase con Breen has perdido puntos con ella.

¿Mauro sabía de su relación con Lobo? –se cuestionó la abogada para sus adentros. Ella permanecía lejos, aun así, podía escuchar lo que dialogaban. Quizá no era lo más correcto, sin embargo, ya no se volvería sobre sus pasos.

Si bien jamás lo había sospechado, tampoco le molestaba. Al fin de cuentas Mauro era su amigo, algo similar a Los Alborotadores y respecto a los cuales ella estaba feliz de que conocieran su historia.

— Es verdad –convino Lobo–. Y no se si alegrarme o no...

— ¿Disculpa? –contradijo el rubio– ¿Ahora estás confundido?

— No es eso.

— ¿Te doy mi opinión sincera y sin tapujos?

— A ver... dispara.

— Estás jugando con dos fuegos peligrosos y creo que dentro de esto serás tú quien salga perjudicado.

— Eso no va a pasar.

— Oye –discutió–, Lina ya te descubrió con Breen y te perdonó. ¿Por qué carajos piensas que querrá divorciarse?

— Lina me especificó que me perdonaría solo una vez –contó–. Por tanto, nuestro plan sigue en pie: me casaré con ella, obtendré la fusión, y continuaré pasando el rato con Breen hasta que decidamos que es momento de que nos vuelva a descubrir, esta vez, provocándolo. Me divorciaré, entonces quedaré libre y con un patrimonio formidable –resumió–. Ya no le des más vueltas al asunto.

— Tengo que darle vueltas –rebatió Mauro– ¿Qué con Breen, ¿eh? ¿Después de todo en serio piensas mantenerla como una pieza del plan? Porque a mí me parece que te has enamorado de la abogada.

En la Trampa del Lobo (Completa) ✔Onde as histórias ganham vida. Descobre agora