capitulo 42

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Ella peinó suavemente su flequillo con un peine, y comenzó a recortar el cabello en su frente poco a poco. Ella estaba muy concentrada y toda su atención estaba puesta en la tarea en cuestión; ella ni siquiera se percató de los hermosamente negros, amorosos ojos que la miraban desde debajo del cabello.

Yi Jinli miró a la persona que tenía justo en frente. Su rostro se había puesto algo rojo por el frío. Y su par de ojos almendrados, su pequeña nariz, sus labios rosados y su delicado rostro, daban la impresión de que la gente no podía mirar hacia otro lado. Bajo la luz, parecía que su cuerpo emitía una calurosa aura.

"Listo." Después de una cantidad desconocida de tiempo, de pronto su voz resonó en su oído.

"¿Ya?" preguntó él. Era como si el tiempo que pasaba con ella pasara rápido. extremadamente rápido.

"Mmm." Ella sonrió, dio dos pasos atrás, y cuidadosamente lo miró por un momento. "Mi habilidad no es tan mala. De hecho, está bastante bien, y ahorramos 10 yuanes."

Ella sonreía mientras hablaba. Entonces, tomó una toalla seca y sacudió los cabellos sueltos que estaban pegados a su cara, cuello y en su ropa.

"Listo, ve y date una ducha," dijo Ling Yiran.

Yi Jinli tomó el cambio de ropa y entró en el estrecho cuarto de baño. El agua tibia corrió por su cuerpo. Bajó su cabeza y miró una cicatriz en su pecho.

Con el tiempo, esta cicatriz se había vuelto muy superficial. Sin embargo, cada vez que él la veía, recordaba a esa mujer.

La mujer que lo había abandonado a él y a su padre.

Tal vez esta herida era lo único que esa mujer le había dejado.

En aquel entonces, él se había arrodillado y le había rogado que no se fuera, y que no lo abandonara ni a él ni a su padre. Sin embargo, ella lo había empujado sin piedad y se había marchado sin mirar atrás.

Un cono de hierro le había atravesado un lado del pecho. Después de eso, el doctor había dicho que el cono se había acercado mucho a su corazón. Si se hubiera torcido un mínimo, él no hubiera podido salvarle la vida.

En ese momento, se dijo a sí mismo que esa persona no era más su madre.

Luego de la muerte de su padre, él había dejado de esperar nada de nadie.

Mientras no tuviera expectativas, nunca podrían decepcionarlo.

Era solo que...

Yi Jinli cerró la llave, secó su cuerpo con una toalla y se vistió. Cuando salió del cuarto de baño, sus ojos cayeron sobre Ling Yiran. Ella estaba sentada a la mesa y parecía estar mirando algo.

¿Cuándo había empezado a tener expectativas de ella? Él esperaba verla sonreír, esperaba que fuera feliz, esperaba verla mirarlo a él con esa mirada gentil, y llamarlo "Jin".

"Jin, ¿terminaste de bañarte?
Te ayudaré a secarte el cabello," dijo ella mientras se levantaba a buscar el secador de cabello.

Él camino hacia un lado de la mesa y vio algunos documentos puestos sobre la mesa al lado de ella. Eran... copias del expediente de su caso original.

Sus ojos centellearon. "¿Qué estás revisando, Hermana?" preguntó él, aunque ya sabía la respuesta.

"Algo de la información relacionada con mi caso de ese entonces," dijo ella. " Lianyi me ayudó a recopilarla."

"¿Por qué estás leyendo esto de nuevo?" preguntó él.

Si, ¿por qué? Ling Yiran se había hecho la misma pregunta. Habían pasado ya tres años, y ella no podía revertir el veredicto. Ni siquiera sabía dónde estaban ahora los testigos de ese año. ¿Qué más podía hacer ella basándose en su estado como trabajadora de sanidad?

"Tal vez... en este caso, todavía hay cosas que aún no entiendo," murmuró Ling Yiran.

Ella no entendía — definitivamente no había estado bebiendo, pero las pruebas habían demostrado que tenía alcohol en su sistema, e inclusive llegaba a un nivel ilegal para estar conduciendo.

Adicto A AmarteWhere stories live. Discover now