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El día que la virginidad de un omega se perdiera sería un día sagrado. Los pájaros cantarían más fuertes cerca de las ventanas de la gente anunciando el amanecer. Los cerezos aparecerían por más que no sea primavera y el sol brillaría más que antes. Todo se vería color de rosa y la vida sería bella.

Seonghwa tenía esa creencia desde pequeñito.

Es por eso que cuando piensa que casi tuvo sexo (no es cierto) con un Alfa que no era su amado YunHo, el mundo se le vino abajo.

Es probable que el cielo llovió ese fin de semana porque Seonghwa había deshonrado a su amado destinado (o quizás estaba siendo muy dramático). El clima lo acompañó en su sufrimiento todos esos días, y cuando pisó su universidad aquel lunes estaba hecho un desastre.

Ojeras hasta el piso, sin una buena alimentación, con sus pechos aun goteando leche porque no pudo sacarla sin acordarse de ese gato (tuvo que ponerse una curita en ellos para evitar el roce con la ropa) y con el ánimo bajo el subsuelo sin querer ver a su querido Alfa dueño de su alegría.

¿Cómo lo vería a los ojos ahora que ya no era tan puro y casto? (Todavía lo seguía siendo). Era una vaca más de la granja (ni siquiera estaban en el campo), ya no era especial (lo seguía siendo), su amado buscaría otra vaca en el corral pronto (no había más vacas en su universidad de su misma edad, y YunHo no estaba interesado en ellas) porque él ya no podía ser más suyo (Enserio, a YunHo no le importaba eso, lo seguiría queriendo) con esa mancha en su vida.

Sorbió su nariz arrastrando los pies por el pasillo, con suerte tomó un suéter marrón y pantalones holgados negros. No tenía ánimos de verse bonito como siempre ni de patear el culo de quien le diga un piropo o pida cortejar en la calle.

Siempre fue duro de roer, siempre golpeó al nudo portante para que no se acercara a su castidad, y entonces...

¿Por qué fue débil con un gato? ¡Un gato!

¡Ni siquiera un alfa de sangre pura de rango dominante que ocupó su voz de mando para controlarlo! ¡Sino un gato negro Alfa normal!

Una señal de mal augurio, un animal que representa la mala suerte y son mascotas que producen dolor de cabeza a veces.

Tenía tanta rabia, el único trasero que quería patear era el de ese negro animal.

Tenía tanto enojo acumulado, a la mierda el llanterío de todo el fin de semana, a la mierda su castidad perdida. Si veía a ese estúpido gato le arrancaría las espinas de su pene con sus uñas y dientes una por una (no horny, sí tortura).

Todo era su puta culpa, todo era su maldita culpa.

Culpa de esa cola larga y negra tan suave como el terciopelo que rozó con su piel haciéndole delirar, de esos ojos atrapantes amarillos pícaros que escaldó su piel que ahora quería arrancar con sus dedos.

Lo odiaba, lo odiaba tanto.

¿Y por qué tenía que verlo justo ahora a solo unos pasos más adelante suyo cerca del jardín principal del instituto como si nada?

¿Es que ese puto gato no podía dejarlo en paz ni en la universidad o verse miserable para hacerlo sentir un poco mejor?

Un momento.

¿Ese gato era de su misma universidad? ¿¡Estudiaba ahí también!?

Nunca lo había visto. Con una presencia atrapante como la suya le parece extraño nunca haber notado su existencia antes.

Esperen... ¿"Presencia atrapante como la suya"? Al diablo, estaba volviéndose loco.

Sus pisadas se volvieron duras y fuertes yendo hacia él apretando los dientes y el mentón. El gatito estaba solo y cuando volteó a verle retrocedió unos pasos instintivamente sintiendo que algo estaba mal.

¡Moo! - [Seonghwa Harem]Where stories live. Discover now