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Tomarse un día de descanso hubiera sido lo ideal, incluso con una semana estaría bien, pero no podía hacerlo cuando se trataba de una semana de exámenes importantes.

Y él, como un cerebrito y animal de biblioteca aplicado a sus clases, debía sacar notas altas o morir. No había punto medio.

Aún no sabe cómo pudo completar todas las preguntas como correspondía (o quizás hizo tateti en algunas opciones al ser un examen múltiples choice) de igual forma, salió disparado afuera del salón sintiéndose victorioso una vez finalizada su labor. Era jueves por la tarde y podía oler ya el fin de semana cerca.

YunHo estaba aún dentro del salón, pero no quería esperar a que saliera luego de lo que pasó. No quería ver su rostro. Los problemas se estaban acumulando respecto a su castidad omega como una bolsa de carga pesada en su espalda imposible de esconder.

Primero San la semana pasada, segundo Wooyoung con su celo en el salón de su instituto y ahora una linda vaquita de nombre Hongjoong ¡En la biblioteca! La situación no podía ponerse peor.

¿Qué más podría salir mal para nuestra vaquita con tan mala suerte?

No quería pensar, porque si lo hacía se volvería loco. Ya tenía suficiente de llenar su almohada de lágrimas como para ser consciente que cada día se convertía en un omega impuro.

Soltando un suspiro largo se sentó sobre una silla en la cafetería a tomar un poco de café caliente con una rebanada de pan con mermelada mientras ojeaba su teléfono en la soledad.

Las ventajas de ser uno de los estudiantes más aplicados, es que fue el primero en abandonar el salón por terminar su examen, y como los demás aún seguían en clases podía darse este tipo de lujos en la soledad de su instituto.

Solo él en la soledad de una cafetería.

Acabando su taza de café, devolviéndola a la cafetería mientras tiraba la corteza dura del pan que le quedó en su plato. Limpió las migas de su boca e iba a volver a sentarse un rato más hasta que unos pasos resonaron por el pasillo directo hasta donde estaba él.

El silencio y la tranquilidad volvieron a acabarse.

¡Omega! ¡¡Omega!!

Seonghwa observó confundido a un chico guapo de cabellos castaños con tonos marrones rubios hasta él corriendo. Se perdió en el brillo inocente de su mirada, su rostro tallado tan delicadamente como adorable, los tonos en su cabello que combinaban con sus facciones delicadas, las orejas tiernas marrones en su cabeza y su esponjosa cola de perrito.

Y para cuando se dio cuenta, fue jalado por su mano y arrastrado lejos de la cafetería sin más avisos.

¿Era necesario aclarar lo lento que era el omega para reaccionar ante las caras atractivas?

Terminó confundido pestañeando varias veces en uno de los pasillos de los salones de último año. El chico frente a él jadeaba tratando de recuperar el aire mientras lo veía.

Sus dos orejitas pequeñas en su cabello multicolor y su cola esponjosa sacudiéndose lentamente.

Era un canino. Bastante lindo.

¿¡Qué te pasa, loco!? ¡No puedes jalar así a la gente!

Lo siento, lo siento. Tu debes ser la vaquita de la que hablan esos dos ¡Solo quería conocerte lejos de ellos! –alzó su nariz acercándose a olfatear su aroma, la vaquita se sintió atacada y un tanto nerviosa que dio un paso atrás.

¿No te enseñaron a no oler de ese modo a los omegas? ¡Canino grosero!

Hueles dulce, justo como Sanie dijo, y eres bonito, justo como Woonie mencionó. Así que ahora lo entiendo.

¡Moo! - [Seonghwa Harem]Where stories live. Discover now