.• 14 •.

2.2K 156 61
                                    

La voz del omega lo dejó helado en su lugar.

El minino negro quedó estático ante la voz de mando empleada, con la boca abierta sin poder apartar la mirada de su pareja que estaba aferrado a un pecho del omega, clavando su mirada de depredador en él mostrando sus colmillos como diciéndole con eso que se alejara.

No está de más decir que los Alfas cuando están en celo son aterradores y bravos con cualquiera ¿No?

Bueno... No es el caso de Wooyoung para él. A pesar de que podría dar miedo a cualquiera (como por ejemplo a YunHo), San lo ve mientras tiembla en gruñidos, jadeando en busca de regularizar su respiración y para él sus ojos suplican ser ayudado para liberarse.

Dando un revoloteo a su corazón. Podría poner sus manos al fuego por Wooyoung, les demostraría que no le haría daño, que solo era un gatito lloroso.

Tragó saliva volteando al Omega de ojos nubosos, cegado por su celo, de mejillas sonrojadas y boca abierta luciendo adorable, igual de jadeante que los otros dos Alfas, y el canino atrás de él viéndole con ojitos llorosos y orejas bajas.

D-Detente ahí. –Mingi estiró su mano hasta tocar el pecho al gato negro que había dado un paso al frente inconscientemente. Tenía su boca abierta con un hilo de baba saliendo de ellos sin darse cuenta, así que limpió su mentón tragando su saliva haciendo caso.

Tú detente ahí. –Jongho interrumpió con voz grave, cerrando la puerta a sus espaldas poniendo el seguro antes de que YunHo pudiera huir de ahí. Sus oscuros ojos viendo con molestia al león– Devuélveme a mi omega.

– No es tu omega, Alfa estúpido. –rugió bajo aferrándose más a la carga sobre su hombro, Hongjoong ya estaba resignado aceptado su destino sin moverse de ahí sintiéndose mareado, clavando de repente sus ojos en la vaquita que volteó a verlo por fin.

Sus mejillas carmines, sus ubres afuera con una pequeña mancha blanca por su torso, esa pequeña curvatura coqueta de su boca y sus profundos ojos que sacudió algo dentro suyo.

Honggie. –llamó la vaquita rosada de repente en un bajo gemido, intentó moverse de su lugar en su búsqueda recibiendo un gruñido de negación por parte de Wooyoung que se aferró más a su cuerpo– Ven aquí, conmigo, Honggie.

La voz de mando en los Alfas es un ruido poderoso.

Al oírla pone sumiso a los Omegas de inmediato y paraliza a los betas, es mucho más fuerte y efectiva si lo da un Alfa de alto rango, razón por la que sus portadores no la usan mucho.

Pero la voz de mando de los Omegas hace que todos agachen la cabeza. Es un sonido que trae paz y a la vez los adiestra como un perrito manso sin importar el rango al que sea dirigido.

Cuando un Omega dominante lo hace, su voz suena rasposa, casi en un ronroneo que te hace obedecer y pasar un escalofrío por la espalda acudiendo a su orden.

Es por eso que cuando la voz de mando de Seonghwa resuena en la habitación, los dos Alfas aferrado a su cuerpo gruñen y Mingi se agacha un poco con obediencia, permitiendo a Hongjoong salir de su hombro hasta los brazos de la vaquita rosa acercando su boca al cuello del contrario en un bajo gemido necesitado.

Hongjoong es embriagado por el aroma a fresas del otro Omega, aturde sus sentidos más de lo que ya están y la erección entre sus piernas se vuelve más dolorosa de soportar.

Hwannie. –murmura en un jadeo contra su hombro, abriendo sus piernas entre el muslo del rosado, frotando su hinchado pene contra su piel.

Mingi tiembla en su lugar apretando los puños con fuerza, su león dentro de su pecho se remueve inquieto queriendo ayudar a los dos Omegas que piden a su liberación por medio de su aroma, pero se obliga a soportarlo. Voltea a ver al chico a su lado para comprobar su estado y quizás pidiendo un poco de ayuda también.

¡Moo! - [Seonghwa Harem]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt