Mar Profundo

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El corazón de Xia Qingyi se hundió un poco. "No puede ser que ustedes dos realmente hayan vuelto a estar juntos, ¿verdad?"

Mo Han no habló y simplemente la miró fijamente.

Xia Qingyi volvió a la cabeza cuando sus palabras se volvieron un poco contundentes. "De todos modos, no será su amiga. Por favor, no me traigas si ustedes dos van a tener una cita, en caso de que ella comience a encontrarme fallas al azar nuevamente".

"Entonces, ¿por qué estás tan enojado?"

"¡No estoy enojado!" Enfatizó a Xia Qingyi.

"Si no estás enojado, ¿por qué estás así?"

"¡Te lo dije, no estoy enojado!" Xia Qingyi hizo una pausa por un momento antes de continuar: "Ahora me voy a dormir. Tengo una lección mañana por la mañana".

"No volveremos a estar juntos. Le dije que habíamos terminado". Mo Han dijo: "Ella vino hace un momento para decir esto".

Xia Qingyi dijo: "Esto no tiene nada que ver conmigo. I'm going to sleep."

"Esta es la última vez que la veo. Ella vino a despedirse de mí".

"Esto es algo entre ustedes dos. No tienes que decírmelo".

"Pero quiero decírtelo".

Mo Han tenía los ojos fijos en ella mientras su voz era profunda y magnética. Xia Qingyi lo miró a los ojos, sintiendo como si fuera a ser absorbida por su intensa mirada.

Parecía haber visto esta mirada en alguna parte antes.

"No pienses tanto y duerme bien". Dijo Mo Han.

No se atrevió a seguir mirando esa mirada y cerró la puerta de su habitación. Se apoyó en la puerta mientras extendía la mano para apagar las luces. Se quedó mirando la oscuridad ilimitada mientras escuchaba los latidos de su corazón.

Xia Qingyi tocó donde estaba su corazón. Sólo regresó a su cama después de un largo rato.

Estos últimos días, Mo Han había estado preparando un gran contrato para brindar asesoramiento legal económico externo a una conocida corporación multinacional durante un año. Si el contrato se firmaba con éxito, no tendría que preocuparse por el salario de todos sus empleados en el bufete de abogados durante el año.

Comenzó a estar más ocupado, hasta el punto de que ni siquiera tuvo tiempo de cocinar para Xia Qingyi. Escribía en su computadora, leía documentos y mantenía videoconferencias con el representante de la empresa en el extranjero en el momento en que llegaba a casa.

Xia Qingyi tuvo tacto y no fue a molestarlo. Se sentaba en la sala y miraba la televisión como de costumbre. Sin embargo, a mitad de camino, de repente recordó que necesitaba sacar una tarea que debía llevar a clase mañana y fue a buscarla a su habitación.

Al final lo había encontrado encima de su armario. Xia Qingyi no podía recordar cómo había terminado allí su tarea, sin importar cuánto pensara en ello. Sacudió la cabeza sin decir palabra, mientras se ponía de puntillas y la alcanzaba con todo lo que podía. No pudo bajarlo después de usar más de la mitad de su fuerza. Xia Qingyi suspiró, mientras movía la silla a su lado y se paraba sobre ella para hacer su tarea.

Con su tarea en mano, no tuvo la oportunidad de celebrar cuando de repente se cayó ya que estaba parada al borde de la silla. La silla cayó sobre ella.

"¡Ah!" Xia Qingyi yacía en el suelo. Le dolía tanto que empezó a sudar.

Mo Han la escuchó desde el estudio y salió corriendo. "¿Qué ocurre?"