Dulce Miel

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Esa noche fue una de las mejores y más inolvidables, estábamos besándonos intensamente, Bae me encantaba demasiado, disfruté de su cuello, de su calor,  y mis manos al fin tocaban sus preciosas piernas, tan suaves y tibias, poco a poco bajé con mis besos por su pecho, su blusa era algo abierta, disfrute de un poco del nacimiento de quellos delicados y exquisitos manjares, pero quería ir más abajo, besé su abdomen y luego pase a sus maravillosas piernas, las besé y las olfatee con intensidad. Las piernas de Bae eran una delicia, pasé mi lengua lentamente entre ellas y sentí que Bae se estremecia, sabía que en ese momento ella estaba excitando demasiado, yo no sabía que hacer, no sabía si dejar las cosas hasta ahí y dejarla con ganas de más o... satisfacerla totalmente, en ese momento no podía negarlo, era yo quien quería más de ella, así que lentamente mis manos comenzaron a subir hasta su short, con mis dedos sutilmente comencé a bajarselos, poco a poco estaba desnudando a Bae, ella en esos momentos, por inercia al quitar su prenda, colocó una de sus manos en su feminidad, fue ahí que me di cuenta que ella era virgen.
Estaba por parar las cosas ahí pero la escuché susurrar que no parara, en ese momento ella apartó su mano y sin más comencé a hundir mi rostro en su dulce intimidad.

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