Dulce Amante

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Mis encuentros con Bae en las noches comenzaron a ser un poco más frecuentes, casi en la mayoría de las noches dormíamos juntos, y en esas noches disfrutaba de ella intensamente, besar sus piernas, sus senos, su vientre e incluso más abajo, mmm si, la feminidad de Bae es una delicia, una manjar, una exquisitez de la cual deleitaba su sabor y exquisito aroma. Los jugos de deseo de Bae me hacían querer más de ella, cuando bebía de su feminidad ella apretaba sus muslos en mi rostro y la escuchaba suspirar y gemir levemente, me encantaba que ella reaccione ante las caricias que mi lengua hacia en su intimidad deleitando de su elíxir.
Luego de esos momentos tan intensos y de placer ella dormía entre mis brazos, se aferraba bastante a mi y nuestras piernas se entrelazaban, mmm , sus piernas calidas, una delicia para mí en las noches. Bae me encantaba bastante, era tierna y sensual a la vez. Bae mi bella y joven amante secreta, pero prohíbida.

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