Inefable

166 17 24
                                    

Inefable: del latín ineffabilis. "Aquello que no se puede explicar con palabras"

........

Ataru permaneció recostado por mucho más tiempo del esperado después de colgar con Tsubame, principalmente porque se sentía débil, pero también  porque no quería comprobar la reacción de Lum que se mantuvo en la esquina de la habitación en silencio, incluso cuando con torpeza tomaba el cilindro de basura para vaciar su estómago por completo.

El más grande miedo que le seguía de manera cercana al de hablar de su trauma por primera vez de manera clara, era el de descubrir en la mujer que amaba un rechazo completamente justificado, incluso repudio por su atormentado y retorcido comportamiento que Ataru con frecuencia prefería que fuera entendido por Lum como simple lujuria e indecisión adolescente.

Ataru nunca quiso que Lum, ni nadie, ni él mismo, pudieran abordar aquel barco que los llevaba a la isla solitaria de sus pensamientos y sufrimientos; su principal objetivo era el de vivir una vida simple en aparente ignorancia, claro que imaginándose con ella pero probablemente nunca de una manera horizontal y honesta. Nunca de manera completamente real.

A pesar de todo, no se sentía arrepentido, el pausado alivio del desborde de su persona comenzó a recubrirlo mediante una transparente membrana que cubría su cuerpo de manera invisible, aceptando para sí mismo que si incluso Lum no podía quererlo como un hombre, se conformaría con ofrecerse incluso a ser aquel que cargara la capa de Rei mientras la protegía.

Rotando ligera y lentamente en la cama, Ataru buscó con la mirada a Lum que se encontraba flotando aún en la esquina  mirando hacia la pared sentada sobre sus piernas, pudo notar que su espalda se agitaba en un ritmo que le parecía doloroso de analizar, que no quería de ninguna manera reflexionar pues podría de pronto comenzar a llorar de nuevo pero esta vez sin encontrar un punto final.

Lum por su parte, escuchó toda la sesión en absoluto silencio, mordiendo tan fuertemente sus labios que notó cómo podía probar su propia sangre combinada con su saliva; marcas de sus uñas en las blancas piernas, no de manera demasiado evidente pero totalmente claras a la vista desde la cercanía. Su cabello, antes sutilmente azul pálido se convertía ante los ojos de Ataru en un poderoso rosa, casi rojo.

La mente de Lum trabajando como nunca antes lo había hecho, ni siquiera ante la constante amenaza hacia el imperio y hacia su vida misma; algo en ella de pronto entendiendo todo, el conocimiento presentándose mediante hilos negros que tejían una infinita maraña de acontecimientos  que dieron sentido incluso a su misma existencia.

Las lágrimas en su rostro se habían secado hacía tiempo, dándole a su cutis una textura glutinosa, sus extremidades inferiores contraídas comenzaron a doler presionándola a hacer algún movimiento, empero, la chica aún no podía hacer algo sin analizar cuidadosamente el impacto.

Su psique adolescente,  que estaba a punto de llegar a la cuota de madurez requerida, se sintió de pronto absurda en su trágico patrón de avaricia emocional,  sabiéndose ahora terriblemente inadecuada para asumir  y responsabilizarse de sus actos, especialmente de aquellos que estaban relacionados con Ataru, reconociéndose constantemente sesgada en sus propias manipulaciones que le impedían avanzar también.

Aceptar que ella también tenía culpa en el estancamiento relacional de ambos no resultaba fácil, mucho menos para una orgullosa oni que guardaba en el inconsciente  aspectos raciales y psicológicos que empujaban secretamente sus inclinaciones. El mantenerse con insistencia en un planificado enamoramiento eterno con Ataru era una manera en que podía culpabilizarlo por todo aquello que le dolía, descubriendo en la charla con Tsubame que aquel podría ser un patrón del síndrome de Edipo entre ellos, el cual, a diferencia de Ataru, sí había leído con detenimiento en sus años escolares espaciales.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora