La promesa dolorosa

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Parecía que por algunos segundos habían cambiado de personalidades, reaccionando a lo insufrible de la manera en que podían. Por su parte, Mendo abandonaba la faseta implacable para maldecir como un bárbaro tal como lo haría Benten, con expresiones faciales incluso idénticas a las de los peores berrinches de la capitana. Benten, estereotipaba el frío mutismo que usualmente caracterizaba a Oyuki, la expresión indescifrable poco dejaba conocer lo que había detrás ¿resignación? ¿planeación de emergencia? ¿cautela?

Sin duda lo más difícil de creer fue que la reina de Neptuno y la embajadora de OPPE hizo lo propio, representando una curiosa mezcla de frustración a lo Benten e hiperfocalización resolutiva semejante a la de Mendo, lanzando ideas que ya no contenían una forma sólida, al aire; ideas que dejaron de ser tangibles poco tiempo atrás, convirtiéndose en una masa amorfa y desesperada por negar la realidad.

-OPPE tiene más de cien mil asociados- dijo tiempo después de no recibir ninguna muestra de atención de sus amigos

-¿Y?- cuestionó Benten con la mirada aún perdida

No volvió a decir otra cosa por algunos minutos, reconociendo la desesperación con la que lanzó aquella información de manera impulsiva, avergonzándose por haber sugerido aquello que su mente, piso ético y convicción le reclamaba. Con la mirada buscó a Mendo que mucho más calmado se recuperaba de su crisis violenta que había quebrado incluso su peinado perfecto relamido, ciertos mechones azabaches sueltos por la frente reflejaban el desconcierto y destrucción de una esperanza que él mismo había protagonizado.

Ninguno pensó que esto sucedería, y considerando que el escenario nunca fue sencillo en general, la nueva información recopilada por Raag se convirtió en algo extraordinario, superando con creces lo que cualquiera de los tres pudiera haber imaginado como el peor futuro posible. Una cosa, era la cuantificación de los enemigos, la clasificación de los mismos respecto a su grado de peligrosidad, y aunque estos eran mayor en cantidad, no en habilidades. Otra muy distinta, era la colaboración de un ser considerado divino en contra del imperio.

Inicialmente, el pequeño de equipo se sintió incluso entusiasta al comprender que más allá de algunas especies raras, los enemigos eran bastante comunes, sin muchas habilidades riesgosas o de sorpresa; sin duda, había muchos fuertes, pero ellos también tenían el apoyo de Sieatku y múltiples razas depredadoras naturales, incluidos los mismos onis. A pesar de esto, jamás se imaginaron la colaboración de algo mucho más grande que las razas y la política, al menos, la que tenían a la vista.

Raag no supo dar explicaciones de cómo sucedió, de cuándo fue que los enemigos se aliaron con Seiryu, el monstruo de categoría divina que gobernaba la parte este del universo entero, dejando corto y patético los títulos de rey o emperador de algún sistema. Shutaro no necesitó recibir una charla sobre la naturaleza del ser, bastó con ver la expresión aterrorizada de su cuñado a la par de su insistencia de romper de inmediato sus vínculos con los enemigos y huir a la Tierra para que comprendiera lo enorme y fatal del asunto.

Mendo tampoco requirió una explicación detallada del ente al que Raag tanto le temía, algunas palabras fueron suficientes para comprender lo jodidos que estaban; el asombro por conceptualizar algo insólito no estaba cerca de tumbarlo, que existiera un descomunal, grotesco e invencible dragón espacial cuyo tamaño, capacidades  y características eran inenarrables, era la punta del iceberg de lo que realmente sentía; el derrumbe de todo su ímpetu, por fin, pudo sentirlo.

-Yo...hablaré con ellos- dijo después de lo que se le figuraron horas

El asentimiento mudo era reflejo del compendio de asimilación entera del fatídico terreno; no hubo quejas, ninguna palabra o recomendación, tampoco una despedida, sencillamente, la videollamada concluyó mientras el hombre, se quitaba el reloj espacial que en el conteo de medio minuto, quedó de nuevo funcional, prueba de que después de colgar la comunicación, al parecer Benten había reaccionado.

Por ella |URUSEI YATSURA| Où les histoires vivent. Découvrez maintenant