Crisis

93 8 39
                                    

-Pues está listo- dijo algo atónita mientras se frotaba las manos- no pensé que iba a ser tan fácil

-Y que lo digas- mencionó Ataru relajándose sobre su silla- aunque nunca fueron malos tipos, ni Rupa ni Karla- recordó balanceándose ligeramente- además, parecen ambos estar de muy buen humor ahora que finalmente se han casado

-Es un alivio que estén juntos- aceptó- y que hayan accedido, no pensé que Karla nos viera como una especie de salvadores de su relación, si te soy sincera, la que más me preocupaba era ella- confesó- por obvias razones

-Te entiendo

Continuaron en silencio por algunos minutos, temerosos por lo que verdaderamente sabían que iba a ser difícil, ya que aunque lo habían hablado en más de una ocasión durante los últimos días, seguía dibujándose como incómodo, y peor aún, incorrecto. Lum no quería pedirle ningún tipo de favor a Eru, y usualmente su prometido le daría la razón, sin embargo, la pequeña dosis de esperanza y dopamina creada por la sugerencia de Jariten, lo mantenía algo lejano a la razón, siendo su único motor conseguir alguna ventaja, por más pequeña que sea.

-Ummm ¿qué dices? ¿hacemos la llamada?- su mirada estaba baja

-No puedo negarme ¿cierto?- susurró

No le respondió, únicamente le indicó a la computadora la orden necesaria para comunicarse con la mujer con la que alguna vez casi se casó; estaba nervioso, evidentemente también incómodo, pero esas emociones a las que debió hacer más caso, eran opacadas por la idea obsesiva de encontrar más ayuda, y por ende, tener más oportunidades para proteger a Lum.

Eru apareció confundida en la pantalla, preguntándose por qué la llamarían de Oniboshi, un planeta con el que no tenía ningún tipo de relación y que no asociaba aún con el lugar natal de la chica que se había quedado con su primer amor. Su rostro se desfiguró cuando los vio a ambos, especialmente la expresión fruncida de la oni que se sentía al borde de la explosión, Ataru, de nueva cuenta, preso de su desesperación, no notó que Lum estaba más allá de tensa, furiosa, con el simple hecho de ver la cara de la que tantos problemas le dio en el pasado.

-¿Qué demonios quieren?- solicitó con frialdad aunque evidentemente interesada en el ligero cambio físico de Ataru, esto, Lum lo pudo notar

-Emmm, sí, hola, escucha, nosotros...

Lum no escuchaba lo que Ataru decía, aunque pareciera idiota, no le interesaba ninguna palabra del discurso diplomático que salía de su boca, su mirada se encontraba fija en Eru que estaba analizando de manera cínica a su prometido; la oni no sabía ni esperaba que así como Ataru había tenido un incremento en su posesividad al aceptar sus sentimientos y su genética, ella también estaba presentando una racha violenta que dejaba corta a sus típicos celos. Nunca se había sentido como ahora, no sabía si era el hecho de que su vínculo era ahora más profundo, que finalmente le correspondía o el descaro con el que sus pupilas lo recorrían.

-Espera- lo interrumpió- antes de que sigas- se acomodó su corto cabello por detrás de la oreja- quiero que ella se vaya, sólo hablaré contigo por la "amistad" que tuvimos en el pasado

Ataru tembló ante la petición, volteó a ver a Lum que literalmente tenía fuego en la mirada y los colmillos de fuera, esto debió ser suficiente para tomar una decisión, no obstante, la desesperanza absoluta lo impulsaba a tomar decisiones fatales, ignorando las claras señales de un peligro incluso mayor al de la guerra. Su segundo error fue quedarse en silencio, haciendo que la oni le devolviera la mirada en un inicio iracunda para después de algunos segundos, retirarse con los ojos cubiertos por el cabello.

Pensó que eran los celos, los que sabía que ahora podían hablar con mayor madurez; recordó brevemente el incidente con Shinobu e ilusamente imaginó que si Lum había podido comprender aquello, iba a poder entender que ahora la prioridad era tener a Eru como aliada, era incluso más importante que los cerdos de Rupa pues en su planeta las guerreras eran tan capaces que incluso fueron reconocidas como Benten como poderosas. La dejó marcharse, concluyendo que su prometida había tomado esa decisión con una mentalidad similar a la suya.

Por ella |URUSEI YATSURA| حيث تعيش القصص. اكتشف الآن