Revelación y destino

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Nota: habrá sexo de manera un tanto más explícita. Tome sus precauciones

Lum esperaba con ansiedad la llegada de Ataru que le había hablado por el reloj hacía una media hora y aunque realmente estaba esperando más bien la comunicación de Benten o Vit anunciando que todo había salido bien, su voz logró darle una mezcla de alivio y nerviosismo. Esperaba que le dijera algo sobre el encuentro con Eru, sin embargo, le habló sobre la extraña llegada de Inaba y lo que este le había dicho. Estaba increíblemente afectada, igual que su prometido que dormía en la habitación conjunta, y lo que era peor, es que ella ya sabía lo que pasaría.

Recordó esa explicación que le dio respecto a su genética oni tiempo antes de que tuvieran su primera experiencia sexual bilateral, aquella donde él le pidió que la tocara; en sus palabras, le contó que ante los celos, la separación y la duda, las parejas onis tendían a sentirse increíblemente sexuales, empero, esta activación estaba acompañada de tristeza absoluta por lo que no era tan satisfactorio como se dibujaba, por el contrario, era una exigencia tortuosa y brutal por encontrar al ser amado. Lo difícil del asunto, es que él no estaba lejos, estaba cerca, no obstante, no podía pedirle que regresara.

A diferencia de él, no le importaba bastante el asunto del dolor físico que tenía en sus infidelidades, había asumido esa carga desde hace mucho, además, de que mostró premeditadamente instantes del inicio y mitad de su relación, ocultando con toda alevosía los últimos previos a su llegada a Oniboshi, tanto por el hecho de que eran casi contados con una mano como por aquella de que cada vez lo podía asimilar mejor, aunque sin duda no era su actividad favorita.

Lo que más le rondaba en la cabeza eran las escenas que Ataru le había transferido de manera inconsciente, las mismas que le hicieron recordar el amargo trago de esa etapa de la vida que decidió no procesar, capturada por el irremediable enamoramiento que ahora mantenía de manera mucho más pausada y racional, por lo tanto, tenía ahora la capacidad de reflexionar en lo sucedido ahí, porque a diferencia de todas las infidelidades, esta contenía una cuota altísima de lo que hoy en día él le daba. El horror y el enfado de comprobar que lo que veía un éxito de madurez en realidad ya había sido probado por escasísimos minutos por esa tipa le indicaba que necesitaba espacio de él.

Podía entender lo que sucedió con Shinobu, y con el trauma, incluso comprendía todo lo demás, pero la actitud dulce y amorosa con la que trataba literalmente a una extraña y que se parecía tanto al cómo era hoy en día en esta fase de pareja, la ponía peor que mal. El miedo "absurdo" de vivir en una mentira la asfixiaba, incluso cuando ya había podido probar en primera persona sus emociones y sentimientos, la gigantesca figura de Eru burlándose de ella la abrumaba y le impedía ver lo que ya sabía, presa de una inseguridad nunca antes experimentada y ante la cual no sabía cómo defenderse, desacostumbrada a sentirse tan pequeña.

"Eres una ilusa" le decía una Eru mucho más hermosa y gigantesca "Él podrá quererte, pero me quiso primero a mi"

Aunque la enfrentaba y la debatía, esta la abofeteaba tan fuerte con mentiras que parecían certezas que pronto olvidó su naturaleza; si hubiera podido hablar con su madre, posiblemente se hubiera enterado que ella vivió algo similar antes de su matrimonio, y si hubiera conocido las experiencias de miles de mujeres, alienígenas y terrestres, quizás hubiera caído en cuenta de la fase duda pre matrimonio era bastante común, incluso cuando pasaste demasiados años soñando con ese momento.

Pronto, la llegada de su tormento hecho persona y su amigo con su traje de conejo la interrumpieron; no se enfocó en los múltiples tonos marrones que estaban a punto de ponerla de rodillas, sino en la expresión del rubio que era enfado puro mientras les ordenaba que lo siguieran. En el espacio interdimensional pudieron estar sin sus trajes, lo cual le hizo preguntarle si era necesario que se vistieran de esa forma tan ridícula como en el pasado.

Por ella |URUSEI YATSURA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora