四.EL BESO.

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CONTINÚA AÑO 1328. ISLA DEL SOL NACIENTE (JAPÓN).

ALDEA GOKAYAMA.

 El invierno había llegado con una furia inusual a la apacible aldea de Gokayama. La nieve cubría cada centímetro de la tierra y el frío cortante se colaba por cada rendija de las chozas de madera. El lugar se encontraba sumido en un silencio casi irreal, como si la naturaleza misma hubiera decidido tomar un respiro, y sólo el crujir de la nieve bajo los pies rompía la quietud.

Las casas tradicionales de madera, con sus techos inclinados y paneles de papel shoji. La nieve descansaba en sus aleros y en los bordes de las ventanas, creando un contraste entre el blanco inmaculado y la madera oscura. Delicadas farolas de piedra, cubiertas de nieve, marcaban el camino que serpenteaba a través de la aldea, invitando a pasear por sus callejones aun a pesar del frío.

Algunos aldeanos, envueltos en gruesos abrigos y bufandas, se aventuraban tímidamente a salir de sus hogares. Sus risas y conversaciones resonaban en el aire helado mientras caminaban hacia el mercado local, donde se podían ver montones de productos en puestos cubiertos de nieve. El humo de las chimeneas ascendía lentamente al cielo, creando columnas de vapor que se mezclaban con el paisaje invernal.

El olor a incienso y el calor reconfortante de la chimenea en la Kagemajaya*, luchaban contra el implacable frío exterior. De pronto, la campana de la puerta tintineó, y Taemin giró su cabeza para observar a una joven que nunca antes había visto. Aunque realmente él a sus 15 años no había conocido a mucha gente. Él sólo sabía de los hombres Shogun* (Generales militares). Los Daimyo* (Feudales), incluso llegó a ver a uno de los hijos del Emperador en alguna ocasión. Ese tipo de nobles eran los clientes habituales del lugar. 

La chica que entró era una visión de la belleza natural en su estado más puro. Su piel era pálida como la nieve que rodeaba la aldea, y su cabello oscuro estaba trenzado con elegancia. Vestía ropa de trabajo, pero no podía ocultar su gracia natural. Aquella misteriosa belleza se presentó como Aneko, y Taemin quedó completamente prendado por su presencia.

—¡Hola, soy Aneko!. Traigo el pedido de carbón. —mencionó la chica con una gran sonrisa en su rostro.

Taemin, todavía atónito por la aparición de Aneko, reunió sus palabras y le preguntó por el señor Kenso. Con voz suave y ojos llenos de tristeza, Aneko explicó que era su padre y que estaba enfermo, por lo que ella había asumido la responsabilidad de entregar el carbón a los clientes.

—¿No tienes hermanos que hagan el trabajo?, esto es muy pesado. —expresó Taemin

—No. Mis hermanos están en la guerra, y no te preocupes yo soy muy fuerte. —Aneko le enseñó sus diminutos músculos, pero lo hizo con orgullo, y Taemin le sonrió.

Aneko comenzó a descargar con dificultad el pesado cargamento de carbón, Taemin se acomidió y la ayudó, no podía evitar admirarla en silencio. Su belleza era como un rayo de luz en medio de la fría y oscura aldea. Cuando finalmente terminaron la tarea. Ella le agradeció la ayuda.  

—Bien, terminamos pronto, gracias a ti...¡Oh, me has ayudado y ni siquiera sé tu nombre! 

Exclamó Aneko, con algo de pena.

—Satoh Taemin, ese es mi nombre.

La chica se quedó unos segundos cavilando, pero luego sonrió. —¡Vaya, eres Goryeo -Japonés!. —Sí. —contestó orgulloso Taemin. Y luego preguntó. —¿No te molesta hablar con un impuro?. 

—¿Impuro?. Esas son tonterias de gente retrograda. Y si no te has dado cuenta, yo soy una mujer inteligente. Mis padres me han permitido ir a las aulas de enseñanza. Casi no hay mujeres allí, pero no me importa, yo quiero aprender muchas cosas. ¿Y dime Taemin? ¿vas a las aulas a aprender?.

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora