四十.FINAL.

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 Siwon, desesperado por escapar, luchó frenéticamente, pero la fuerza de los guardias era implacable, y pronto se encontró sometido, su daga ya se encontraba en el suelo. Mientras tanto, el angustiado Wang Jinki gritaba frenéticamente por ayuda, implorando por la vida de su nieto.

—¡TRAIGAN AL MÉDICO! ¡DE PRISA! ¡MI NIETO SE MUERE! —Gritaba con desesperación, su voz resonando por los pasillos del palacio. Las lágrimas brotaban sin control de los ojos de Minho, quien sostenía a Taemin en sus brazos, sintiendo cómo la vida de su amado se desvanecía entre sus dedos.

—Por favor, pequeño, no me dejes... —suplicaba entre sollozos, con el corazón destrozado. —¡Buda, no te lo lleves aún! ¡Permite que se quede a mi lado!. —Un grito desgarrador escapó de sus labios cuando Taemin cerró los ojos, sumiéndose en la oscuridad de la inconsciencia.  —¡AHHHHHHH... NOOOOOOO! —lamentó Minho, su dolor resonando en cada rincón del palacio.

El Wang Jinki sintió cómo su corazón se hundía en lo más profundo de su ser, una ola de desesperación y tristeza envolviéndolo. —Mi pequeño... mi pequeño Taemin... —murmuró con voz quebrada, el dolor era palpable en cada palabra.

En ese momento, una voz grave resonó entre la angustia y el caos, dando órdenes con autoridad. —A un lado, déjenme pasar —ordenó el médico real, abriéndose paso entre la multitud. Se arrodilló junto a Minho y Taemin, determinado a salvar al joven Wang.

—Wang Minho, permítame ver la herida —solicitó el médico con calma, pero Minho se resistió con desesperación. —¡Nooo... mi pequeño Taiko ya está muerto! Buda se lo ha llevado... —afirmó, negándose a dejar que alguien más tocara a su amado.

El abuelo Jinki intervino con voz entrecortada, instando a Minho a permitir que el médico se encargara del cuidado de Taemin. —Por favor, Minho, deja que el médico se lleve a mi nieto. Necesitan encargarse de él adecuadamente, no puede permanecer en el suelo — rogó, luchando por mantener la compostura en medio de la tragedia. —Recuerda que es un Wang, merece todo el respeto y dignidad.

Con un gesto de resignación, Minho cedió y soltó a Taemin, permitiendo que el médico real lo examinara. Con un susurro apenas audible, el médico anunció: —Está vivo, mi señor, el Wang Taemin está vivo. Con un nuevo aliento de esperanza, Minho levantó a Taemin en sus brazos y lo llevó hacia la habitación real, seguido de cerca por el médico y el abuelo Jinki.

Mientras corrían por los pasillos del palacio, el médico daba órdenes urgentes a los sirvientes para que prepararan todo lo necesario para salvar la vida de Taemin. El caos reinaba en el palacio mientras todos se movilizaban para cumplir con las exigencias del médico.

Una vez en la habitación real, Taemin fue colocado con cuidado en el Yo*, mientras el médico instaba a Minho a esperar afuera. Pero Minho se negó rotundamente, decidido a quedarse junto a su amado. —No... no me iré —declaró con determinación, su voz era temblorosa pero firme. —Aquí me quedaré hasta que mi pequeño Taiko se recupere.

El médico trabajaba frenéticamente, con manos expertas, intentando detener la hemorragia que emanaba del vientre de Taemin. El olor a sangre llenaba el aire, por lo cual el ambiente estaba cargado de tensión y angustia. Minho, estaba parado junto a la cama, con los puños apretados y el corazón hecho añicos, observa con impotencia mientras el médico luchaba por salvar la vida de su amado.

Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, y Minho apenas podía contener las lágrimas mientras oraba a Buda en silencio por un milagro. El médico no dejaba de trabajar. Después de lavar perfectamente la herida, hizo varias  preparaciones a base de hierbas medicinales y mezclas de minerales en polvo, para ponerlas sobre la herida y ayudar en la cicatrización.

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang