Capítulo 10

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En el jardín
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—Crowley. Yo me enamoré de ti ese día en la iglesia. Desde ese día jamás he dejado de amarte, y lo he negado por miedo a arruinar lo que teníamos— Azirafel dejó sus sentimientos al descubierto. Su amor estaba desnudo frente a él, un amor tierno, puro y genuino.

—Yo te amé desde el inicio, en el Edén.

Oh Crowley

Azirafel dió zancadas hasta llegar junto a Crowley. Él demonio entendió sus intenciones, cuando estuvo frente a él lo tomó de las mejillas y lo besó. Sus labios rozaron los de su ángel, se sintieron tan perfectos y gentiles, como besar los suaves pétalos de las rosas. Dejaron de usar los labios y dieron espacio al corazón.

Tantos años anhelando solo un roce, solo una mirada, ahora un beso no basta.

Un beso frenético, pasional y cargado de cariño y añoranza. Azirafel sentía la calidez de sus manos sobre sus mejillas y sentía que ahí estaba a salvo.

Se separaron por unos segundos mientras juntaban sus frentes sintiendo el cálido aliento del otro.

—No me dejes otra vez— suplicó Crowley.

—Nunca

Muriel y Saxa observaban alegres la escena. Pero aun había un problema, y es que en la cúspide de un embarazo, siempre hay un parto inminente.

—No quiero interrumpirlos, pero...— ambos voltearon a ver a la chica, su fuente se había roto. — Creo que me emocioné de más

—Te llevaremos al hospital— dijo Crowley rápidamente. —Muriel, quédate con Persi

—Si señor

Crowley buscaba el bolso de Saxa para salir de la librería, todo pasó en cuestión de segundos.

—Yo voy contigo— dijo Azirafel siguiendo a Crowley.

Él demonio asintió, entre los dos sujetaron a la chica y la ayudaron a salir para subir al Bentley.

—Reciste, te llevaremos al hospital y todo estará bien

Crowley iba conduciendo, las calles se veían solas para ser las 10 pm. Azirafel podía sentir que algo andaba mal. Volteó a ver a Crowley y le sonrió, tranquilo y feliz de estar con él, Crowley le devolvió la sonrisa, tomó su mano y le dió un dulce y tierno beso.

—¡Cuidado!— gritó Saxa desde la parte trasera del auto.

Crowley si rigió su mirada al frente y vio a una persona, giró el volante rápidamente y sin previo aviso, el auto ya estaba volando en el aire, se estrelló contra el suelo, los cristales se rompieron y se incrustaron en su piel haciéndolos sangrar.

Crowley no había sentido dolor más fuerte que el sentir que perdería a Azirafel. Estaba aturdido, su cuerpo terrenal era demasiado débil para resistir el impacto.

—Azirafel

—Aquí— el ángel había salido volando en el momento del impacto. No estaba herido, solo unos cortes y rasguños. —¿Estás bien?

—Bien. ¿Dónde está Saxa?— buscaron rápido, la alcanzaron a ver cerca del camino.

Corrieron en su ayuda, tenía un cristal en la tráquea, la sangre brotaba por los lados. Crowley se paralizó, había visto esto varias veces, pero jamás con alguien a quien quería.

—Crowley rápido— Azirafel se tiró al suelo junto a la chica mientras analizaba la escena, sacar el cristal significaría la muerte para la chica.

Elígeme a mi {Aziracrow}Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt