Capítulo 66 por Bianca Winston.

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—Y lo logran, me dan ganas de partirle la cara, y a lo mejor, lo haga un día, quizá así deje de agarrar cuerda de Sofía —me responde nada amable.

—Ni se te vaya a ocurrir, sería como que te pelearas con mi hermano, y no quiero que me pongas en esa situación.

—¿Tanto aprecio le tienes? —me pregunta serio, ¡pero muy serio!

—Sí, es mi amigo, casi hermano, y no tienes que sentir celos de él, ni de nadie, es contigo con quien quiero estar, ¿lo entiendes?

—Sí, creo que me lo has dejado claro, aunque eso no va a evitar que me hierva la sangre, cuando lo vea junto a ti.

—Ok. Aclarado ese punto, veamos lo del contrato, ¿estamos claros en que no voy a firmarlo verdad?

—Sí, creo que lo has dejado bastante claro, aunque hay aspectos de él en los que tenemos que ponernos de acuerdo —me pide.

—¿Cómo cuáles según tú? —le pregunto, queriendo saber si coincidimos.

—Que veas a la ginecóloga, por ejemplo, y que te pongas en control para no quedar embarazada, ya te dije que odio utilizar esas mierdas, asfixian a mi amigo —comenta acariciándolo por encima del bóxer.

Procuro no centrarme en eso, porque se me antoja ayudarlo, ¡y ver si su amigo está bien luego de que casi lo asfixiamos!

—Estoy de acuerdo contigo, la próxima semana iré a la clínica y me pondré en control, tampoco quiero un hijo aún, aunque te aclaro que dentro de algunos años si querré tener al menos uno ¡y si no es contigo, será con otro!

—Gracias por la aclaración y debo de decirte, ¡que no me agrada que estés pensando en estar con alguien más!

—No estoy hablando de mañana, quizá en un futuro, si es que aún estamos juntos y yo me sienta lista, tal vez pueda convencerte de cambiar de opinión, al fin que el proceso de producción, te gusta mucho y lo haces muy bien.

—¡Gracias por el alago!, ya veremos, que nos espera en el futuro —me comenta con sarcasmo—. Por el momento, es primordial que te pongas en control, y quiero que no seas cabezota, acepta que te vea la doctora Wilson, es la mejor ginecóloga de la ciudad.

—Se ha puesto en control con ella, alguna de tus exs parejas —le pregunto.

—¡No, por supuesto que no!, la doctora Wilson es la ginecóloga, con la que pasan consulta las mujeres de mi familia.

—¿Y estás seguro de que quieres que pase con ella?, podría comentarle sobre mí a alguna de ellas.

—Por ética profesional no tendría que hacerlo, pero para estar seguro le pediré confidencialidad.

—¿Le harás firmar un contrato de confidencialidad? —le pregunto divertida.

—De ser necesario, sí, ¿tú quieres que lo haga? —me pregunta.

—No, y para evitarlo puedo ir por mi cuenta, así evitamos que me relacione contigo.

—Como quieras, pero seré yo quien corra con los gastos.

—¿Tengo opción? —le pregunto.

Analizando que los honorarios que cobra la mejor ginecóloga de la ciudad, no deben de ser nada baratos.

—¡Chica lista! —responde sonriendo.

—Bien, pasaré con ella y veremos qué método me recomienda, está por venirme el periodo —le comento viéndolo a los ojos—. Creo que por eso se me subió la temperatura.

—¡Me encanta haberte sido de utilidad! —me responde sonriendo—. Cuento con que todos los meses sea así.

—¡No tengo idea!, esto es nuevo para mí, a mis hormonas las descontrolaste tú.

Señor Brown no firmaré ese contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora