Lin Yu no pensó que era sólo un suplente.
Cocinó una comida con sus propias manos, y con una llamada de Bai Yueguang, Fu Shiwen se levantó y se fue.
Fu Shiwen dijo: "An Cheng no está bien, voy a verlo, así que pórtate bien y no hagas un escándalo"...
Fu Shiwen miró de reojo por la ventanilla del coche, de repente su expresión cambió bruscamente, y gritó violentamente —¡Viejo Wu, para el coche!
El viejo Wu pisó el freno—Señor Fu, ¿qué ocurre?
Fu Shiwen señaló hacia el exterior del coche —Viejo Wu, ¿puedes mirar a las dos personas que están en la orilla del mar?
El viejo Wu miró en la dirección que señalaba Fu Shiwen, a lo lejos, un hombre bastante joven llevaba a otro joven a la espalda caminando por la playa, la imagen era bastante estética.
—Lo veo —Respondió el viejo Wu, algo desconcertado.
Es un ser humano quien puede verlo, ¿no?
—¿Eran dos las personas que viste? —Fu Shiwen reconfirmó con cierta incredulidad.
El viejo Wu asintió —Dos personas, una llevando a la otra.
Fu Shiwen no pudo contener el salto salvaje en su corazón, abrió la puerta del coche con una mano temblorosa y salió del coche.
Justo ahora... justo ahora eso no era una ilusión... Él no estaba viendo el alma de Lin Yu...
Lin Yu es real.
¡Lin Yu realmente no murió! Él realmente había visto a Lin Yu justo ahora.
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El viento se levantó en la playa por la tarde, y la brisa marina le soltó el pelo.
—Yun Jin, vuelve —Ji Ke se recuesta sobre la espalda de Yun Jin, sin su habitual disfraz de frialdad, su tono es suave.
—Qué cómoda es la playa, necesitas tomar más el aire, al quedarte todo el día en la oficina y estar sofocado, es extraño que tu corazón pueda sentirse a gusto —Yun Jin carga a Ji Ke en su espalda y pisa la playa, paso a paso —Además soy yo el que te carga, ni siquiera dije que estaba cansado, no pesas nada.
Ji Ke frunció el ceño —Enserio ere alguien...
Yun Jin arrebató las palabras de Ji Ke y dijo con unas palabras juguetonas —Si soy fotografiado, simplemente diré que estamos saliendo, ¿qué te parece?
Yun Jin probablemente sabía que no había nada que Ji Ke pudiera hacer para atraparlo.
—Ese arrecife de enfrente parece bastante limpio, vayamos allí a sentarnos un rato y coger un poco de brisa marina.
Yun Jin quería recuperar el aliento después de aguantarlo todo el día de hoy.
Cogió una piedra y la tiró al agua del mar —Liang Huai se atrevió a escribir tu nombre, ¿qué quiere?
Ji Ke apoyó la espalda contra el arrecife, la brisa salada del mar le soplaba en la cara, las olas chapoteaban rítmicamente, produciéndole un alivio inexplicable.
