𝔽𝔸𝕂𝔼 𝕃𝕆𝕍𝔼 [𝕂𝕆𝕆𝕂𝕄𝕀ℕ] 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞

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Jungkook, se muerde el labio para no reír. Se cruza de brazos mirándolo, porque Jimin no se movía, tenía ese olor a uvas por sus nervios, él lo conocía muy bien. Lo mira y decide romper el hielo.

—¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Hoy te dieron estrellitas en el jardín de omegas? —Sonríe— Aquí todos me miran como bicho raro —Pone mala cara.

—Jimin hace una mueca de disgusto— Porque se creen que eres mi chofer —Entraba al auto— Sí, me dieron muchas estrellitas, soy muy aplicado.

Cerraba la puerta. Jungkook odia ser ignorado, por lo que la abre nuevamente, aunque Jimin estuviera mirando hacia al frente.

—¿Chofer? ¡AJÁ! Se lo abras dicho tú, porque no tengo cara de chofer y mi auto no es para eso —Poniendo los ojos en blanco.

El alfa, cierra la puerta de mala gana, entra en su lugar y pone el auto en marcha.

—¿Ves Jimin? Tú eres el odioso, yo vine más simpático que nunca en toda mi vida y tú con esa cara de culo —Piensa— Tengo una duda...mmm ¿por qué tú ballet no termina más temprano?

—Pues, yo lo que veo es que tú simpatía, parece más hipocresía.

«Es muy distinto Jeon Jungkook» Jimin jugaba con sus dedos.

—Ah...eh...sobre el horario, es el que está establecido, no es que pueda ir yo a cambiar las cosas allí, pero no me tienes que ir a buscar si no quieres ¡Tranquilo! —Mirándolo.

Hubo silencio. Jimin, no era bueno expresando sus sentimientos y menos mintiendo, el omega no sabía que era sentir algo diferente al amor que le tiene a su familia. Tenía una duda carcomiendo su cerebro en plena pubertad y se la iba a dejar saber a ese alfa, que estaba a su lado.

—¿Oye tú me vez como un niño todavía? —Sin dejar de mirarlo.

A Jeon le estuvo muy extraño que Jimin preguntara eso, le iba a contestar, claro, pero en lo que organiza sus pensamientos, quería seguir la conversación.

—Mira Minnie, yo puedo ser todo lo que tú quieras, menos hipócrita, ¡eso debes saberlo! —Seguía concentrado en la carretera— Y, ¿quién te va a buscar si no soy yo? —Al no recibir respuesta, decide contestar a aquella pregunta improvista— Eres todavía un niño, has cambiado, evidentemente, ¿por qué me preguntas eso?

—Un amigo se quedará en casa y me iré con él...y, ¿qué ha cambiado según tú? —Esta vez quería mirarlo mientras respondía.