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            ... A él no le importa que haya recorrido un mal camino en Los Ángeles...


Taehyung atrajo la atención inmediata de todas las personas en el club la primera noche que bailó, porque Jaesang dijo que era un omega nuevo y virgen.

Jo le dijo, el día anterior, que los alfas adoraban la carne joven y pura. Por eso mismo, sumado al anuncio de un nuevo omega que no fue tocado por nadie, le pusieron un baby doll blanco, que apenas cubría sus muslos. El maquillaje era ligero y un poco conservador, no tan exagerado como los que otros omegas usaban, pero que en el rostro juvenil de Taehyung se veía bonito.

―Tienes el derecho a decidir si aceptas la oferta que te haga un alfa ―le dijo Jaesang, detrás del escenario―, les daré un cuarto en el tercer piso, pero si se pone violento, puedes gritar por ayuda. Dejaré a un guardia apostado detrás de la puerta.

Taehyung bailó dos canciones en el escenario, sintiendo enseguida la excitación y euforia en su cuerpo al ver las miradas de deseo en él. Al ver la forma en la que todos esos alfas, que en cualquier otro momento no le observarían dos veces, lo deseaban ahora. Cuanta hipocresía, pero Taehyung lo disfrutó por completo.

Él nació para eso, para ser deseado, anhelado, adorado, amado.

―Ofrecieron cinco millones de wons por tu virginidad ―le dijo Jaesang, minutos más tarde y con los ojos brillando por la codicia.

―¿Quién? ―preguntó Taehyung, sorprendido.

―Choi Seunghyun ―respondió Jaesang, apuntando con el dedo a un punto en la multitud―. Un multimillonario que viene aquí de vez en cuando. Nunca me ha dado problemas y mis chicos dicen que es amable con ellos. Si eres bueno, puede que te deje propina y eso será para ti, Taehyung.

El omega observó al alfa alto, sentado en la barra, que le observaba también a lo lejos. Era guapo, con su rostro alargado y cabello negro.

―Está bien ―aceptó Taehyung, con los nervios acompasando su estómago.

Seunghyun tomó su virginidad esa noche, en medio de esas sábanas de seda y gemidos escandalosos que soltaba el omega. Fue amable al inicio, demasiado, tomándose su tiempo para follárselo. Pero una vez vio que el chico bajo él era un desastre sudoroso, lleno de lubricante y recibiéndolo con facilidad, fue más rudo.

Se lo folló tres veces, eyaculando todas las veces en el rostro del chico. Estaba prohibido que se corrieran dentro de ellos, a menos que los omegas aceptaran.

―Así te ves bonito ―le gruñó Seunghyun, frotando su polla sobre la mejilla del chico la última vez, soltando un poco más de esperma―, como la putita usada que eres, Taehyungie.

Aceptó el insulto con una sonrisa complaciente. ‹‹Acéptalo››, le había dicho Jo días atrás, ‹‹a ellos les encanta recordarte que no vales nada para ver cuanto poder tienen sobre ti. Recibe esas palabras y conviértelas en un escudo, que no dejes que te afecte. Tú vales más que eso, pero ellos no tienen por qué saberlo. Puta y todo, vales más que esos idiotas, Tae››.

Pagó su deuda mucho antes de lo que esperaba, en sólo diez días, lo que fue un tiempo récord. Taehyung era el omega más joven del lugar, por lo que encantó a las personas que iban con facilidad. El hecho de que fuera sólo un adolescente, a pesar de que las leyes lo declaraban mayor de edad, parecía excitarlos más.

De esa forma, poco a poco, Taehyung comenzó a ganarse una reputación como el omega más cotizado del club. Jaesang aprovechó para subirle el precio de la compañía del chico, y a medida que el precio aumentaba, el omega iba teniendo más y más ganancias. Gracias a eso, en poco tiempo, logró alquilar su propio departamento, en el mismo condominio donde Jo vivía. Podía ser capaz de gastar el dinero en ropas y joyas caras, y ya no pasaba ni hambre, ni frío, ni necesidades.

Made in gold › YoontaeWhere stories live. Discover now