Cap. 45 : Frío como el hielo.

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      Escribo la respuesta de la última pregunta con la mano temblorosa. Trazo cada palabra muy lentamente como si no quisiera equivocarme y es la realidad. No quiero equivocarme.

      Al terminar de escribirla miro a mi alrededor comprobando que soy la única que está en el aula, a excepción del profesor de química. Tras recoger todas mis cosas, intento andar a paso seguro hacia el profesor.

     - Ya he terminado - suelto dejando el examen encima de su mesa. Mi profesor de química alza la vista y me mira a través de sus gafas cuadradas. Luego, sorprendentemente, sonríe por primera vez desde que lo conozco.

      - Estoy seguro de que te ha salido muy bien - dice transmitiéndome algo de seguridad. Asiento con un intento de sonrisa y me dispongo a salir del aula.

    

      - ¿Que tal ha ido? - me pregunta Ethan una vez que he salido. Me giro al escucharlo, se encuentra apoyado en una de las taquillas con los brazos cruzados en su pecho.

     - No lo sé - confieso comenzando a andar hacia él.

     - Pues espero que ese no lo sé signifique un "muy bien". Te recuerdo que estamos en los exámenes finales, señorita malhumorada - bromea poniéndose a mi lado y andando junto a mí hacia la salida.

     - Vaya, muchas gracias por el apoyo - respondo sarcástica. Quizá si me hubiera reído habría quedado mejor, pero no tengo ánimos de reírme, últimamente nunca lo tengo.

     Él se ríe dirigiéndose hacia los aparcamientos, donde se encuentra aparcada su moto. 

     - ¿Te subes o no? - cuestiona viendo que me quedo parada. Él alza una ceja. - El viernes te subiste.

     - Pero ese día no tuve remedio. Me obligaste.

     Él se ríe sonoramente y me rindo. Finalmente, me subo en la moto, llevándome las manos a mi espalda.

    - Puedes agarrarte a mí - propone sonriendo de lado. Me quedo callada... "Tú no eres Mike". Me regaño mentalmente por mi pensamiento.

     - Estoy bien así - me limito a decir y sonríe por última vez antes de arrancar el motor.

      El viento no tarda en golpear mi rostro y por un segundo, me siento libre, hasta que comienzo a sentir frío y me froto los brazos... Lo cuál me hace recordar algo.

     Bajamos del alto edificio con interminables escaleras y al salir de éste, me froto los brazos ante el terrible viento mañanero.

     - Toma - dice y me ofrece su chaqueta.

     Cuando nos subimos al coche, me coloco su chaqueta por encima de los hombros y le digo :

      - Gracias, amor.

     Mike deja de intentar arrancar el coche y me mira con expresión divertida.

     - ¿Qué acabas de decir?

      Dándome cuenta de a qué se refiere, me sonrojo e intento no mirarle a los ojos, ya que si los miro, estaré perdida.

    - Nada - miento mirando el borde de mi vestido con disimulo.

    - Me has llamado amor - afirma con picardía.

      

       Cierro los ojos con mucha fuerza intentando alejar ese recuerdo de mi mente. Al abrirlos, me encuentro con el cuello de Ethan.

FRÍO COMO EL HIELOOnde histórias criam vida. Descubra agora