Día 6: Retelling de Cuento de Hadas

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La Flor de Smeraldo

Hace algún tiempo, donde los títulos nobiliarios aún tenían una carga importante en la sociedad, hubo un duque que se enamoró de la hija de la jardinera que atendía su hogar.
Su unión nunca fue bien vista, y por ello nunca se casaron, aunque eso no impidió que aquella chica de nombre Fen quedara encita de él.

Ambos tenían muchos planes para cuando naciera su hijo, todos enfocados en vivir como una familia normal. Sin embargo, cuando Fen comenzó la labor de parto, perdió mucha sangre y falleció en el mismo momento que su hijo comenzó a llorar por primera vez.

El duque se deprimió, y su abatimiento fue mayor cuando vio que su hijo había nacido con mutaciones que no lo hacían ver como alguien de alta cuna. Sus deformidades, además de su estatus como bastardo, hicieron que la familia del duque decidiera exilar a pequeño, no sin antes nombrarlo de la forma más cruel posible, marcando su infancia para siempre:

"Él es y será un niño sin amor... Namor será su nombre".

El pequeño fue separado de su padre en una propiedad muy lejos de su ciudad de nacimiento, su nuevo hogar era conocido como Talokan, un castillo enorme pero vacío, donde únicamente se sentía la presencia de un niño que era rechazado incluso por la servidumbre.

Con las orejas alargadas, protuberancias en los tobillos que parecían alas, una altura más grande que el promedio y poseedor de una fuerza descomunal, Namor desde muy pequeño decidió cerrar su corazón, sabiendo que nadie lo querría por su aspecto ni por su estatus de hijo ilegitimo. Los pocos cercanos a él siempre le recordaban que era un monstruo indeseable, y con el paso del tiempo, Namor terminó creyéndoselo.

Su vida era solitaria, aislada, y su personalidad era recelosa y desconfiada. A pesar de algunos lujos que aún podría tomar del castillo de Talokan, Namor prefería pasar tiempo en los terrenos y jardines de su prisión, la única felicidad que lo acompañó durante los 20 años de vida que tenía, era el jardín que cuidaba con tanto esmero, donde las flores, sin duda eran las más bellas de todas.

A pesar de que él era un rechazado, la poca gente indeseable que lo visitaba debía de reconocer que aquel jardín era maravilloso, sin duda, el más bello de toda la comarca. A pesar de que Namor recibía comentarios que le recordaban que su abuela materna era una simple y pobre jardinera, él se alegraba internamente de saber aquello, porque eso significaba que tenía una relación y familiaridad con alguien, no importaba si esa persona se encontraba en el más allá.

Un día, mientras revisaba su jardín, descubrió que varias de sus flores habían sido cortadas.

Estalló en ira, nadie se había atrevido a profanar su santuario de aquella forma. La única cosa que lo unía a su familia materna ahora también había sido mancillada por algún desconocido. Y creyéndose el monstruo que le decían que era, con furia mandó a llamar a todos sus empleados para que le dieran una respuesta sobre aquel hurto de flores, y a pesar de amenazarlos y castigarlos, no pudo encontrar al responsable.

Creyó que con aquel alboroto sus flores volverían a estar a salvo, sin embargo, a los pocos días, nuevos tallos de flores habían desaparecido nuevamente. Todos los empleados estaban bajo vigilancia de él, y aun así, con el transcurso de los días, más y más flores fueron cortadas de sus tallos.

Namor no confiaba en nadie para ese momento, por lo que decidió vigilar el jardín durante toda la noche, y gran fue su sorpresa cuando la luna se colocaba en lo más alto del cielo, vio como una chica entró a su propiedad brincando los altos muros que lo separaba del resto del mundo, y entonces de forma rápida cortó flores, para luego desaparecer tan rápido como llegó.

Nashuri Week 2023 🐚 TerminadaWhere stories live. Discover now