La familia Ishida

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Monte Azai, Año 1585 d.c

Las brisas del amanecer acariciaban las laderas del monte Azai, donde se alzaba la majestuosa fortaleza del Clan Azai. Dentro de los muros de la fortaleza, la vida se despertaba lentamente. En una modesta vivienda dentro del recinto, Ishida Masatsugu, un distinguido samurái del Clan Azai, observaba a su joven hijo con ojos severos. El muchacho, Ishida Haruki, se esforzaba en sus ejercicios de espada, pero la mirada de su padre dejaba claro que no estaba satisfecho.

"¡Haruki! ¡Tu postura es débil! ¡No puedes permitirte cometer errores en el torneo!", regañó Masatsugu, con palabras cargadas de expectativas y presión.

Haruki ascendió con determinación y se corrigió rápidamente. Había crecido bajo la sombra de las expectativas de su padre y el prestigio del Clan Azai. Ganar el torneo samurái del clan era su camino hacia el reconocimiento.

La madre de Haruki, una mujer de mirada gentil, supervisaba la comida, Haruki y Masatsugu entraron conversando a su hogar.

"Haruki, el torneo se acerca", dijo Masatsugu con un tono fuerte "Nuestro honor depende de ti."

Haruki ascendió de nuevo, sintiendo el peso de las palabras de su padre. Sabía que su destino estaba entrelazado con el destino del Clan Azai. Si no lograba ganar el torneo, su nombre quedaría en entredicho y su familia deshonrada.

En ese momento, el sirviente de la familia, un hombre de aspecto humilde, pero de gran sabiduría, se unió a la escena. Observó la tensión en la habitación así que se acercó a Haruki con una sonrisa tranquilizadora y le dijo.

"La verdadera fuerza no proviene solo de la espada, joven Haruki, recuerda, un samurái debe ser más que habilidad en el combate. Debes encontrar tu propia senda hacia la victoria"

Tras comer, cae la noche y en vez de descansar Haruki se encontró nuevamente con el amable sirviente bajo el pálido resplandor de las antorchas. El aire nocturno estaba fresco y lleno del susurro de la brisa, mientras las estrellas brillaban en el cielo oscuro como guardianes silenciosos. La noche envolvía el jardín de práctica del clan Azai, y las antorchas encendidas en las esquinas arrojaban parpadeantes destellos de luz sobre la hierba. Las sombras danzaban al ritmo de las llamas, creando un ambiente evocador.

El sirviente levantó su espada de práctica, y la luz parpadeante de las antorchas iluminó su rostro con una expresión serena. "La noche también es un maestro, Haruki", comenzó con voz suave. "Las sombras te enseñarán a ver lo que la luz no revela."

Haruki ascendió y se preparó para el entrenamiento. Las antorchas arrojaban sombras alargadas que se movían con cada movimiento. Cada golpe de espada cortaba el aire con un silbido tenue, y Haruki se esforzaba por mantener la concentración mientras luchaba contra la oscuridad. El sirviente continuó guiando a Haruki a través de los movimientos, haciendo hincapié en la importancia de sentir la espada en la oscuridad y confiar en sus instintos. Los sonidos de las grullas nocturnas y el suave murmullo del viento se mezclaron con el ritmo de su entrenamiento. "La oscuridad puede ser tu aliada, Haruki", dijo el sirviente. "Un samurái debe aprender a operar en cualquier circunstancia, incluso cuando la luz es escasa."

Haruki cansado y con muchas ganas de descansar cae exhausto en pavimento, al mirar hacia arriba ve la posada de su padre, el cual lo estaba observando, con decepción cierra sus ventanas y se acuesta a dormir, golpeando la moral de Haruki fuertemente haciendo que este se levantara inmediatamente, sin embargo, El sirviente colocó una mano en el hombro de Haruki y le dijo con una sonrisa amable: "El camino del samurái es largo y lleno de desafíos, joven Haruki. No espero que aprendas todo de una vez, pero cada lección te llevará un paso más. cerca de tu destino, tu padre te ama y simplemente quiere dejar el nombre de su familia en alto, ve y descansa, haz hecho un buen trabajo".

Con una reverencia hacia su maestro, Haruki se retiró del jardín de práctica, llevando consigo el recuerdo de las sombras y la sabiduría del amable sirviente.

A medida que Haruki se prepara para el torneo samurái del Clan Azai, la tensión en su hogar crece. Su padre, Ishida Masatsugu, le exige un rendimiento excepcional en el torneo para restaurar el honor de la familia Ishida. Masatsugu es un hombre severo y autoritario que coloca una gran carga sobre los hombros de su hijo.

En contraste, la madre de Haruki, una mujer de corazón amable y comprensión, intenta mediar entre padre e hijo. Ella ve la angustia que sufre Haruki bajo la presión de su padre y busca su felicidad y bienestar.

"¿Qué demonios crees que estás haciendo? Tu entrenamiento no es lo suficientemente duro. El honor de la familia Ishida está en juego en el torneo, y no puedo permitir que lo eches a perder." Dijo Masatsugu entrando a la casa mientras hablaba con Haruki.

"¿Qué está pasando? ¡Masatsugu, basta! Haruki está haciendo todo lo posible. No puedes seguir presionándolo de esta manera." Dijo la madre Haruki

Haruki de manera respetuosa intenta contestarle a su padre "Con determinación Padre, estoy dando lo mejor de mí. Entiendo la importancia del torneo, pero...", sin embargo, es interrumpido por su padre.

"¡No quiero excusas! Los Ishida no pueden permitirse la debilidad. Debes ser el mejor, o todo nuestro linaje quedará en desgracia. " Dijo Masatsugu enfadado.

"¡Esto es increíble, eres implacable, Masatsugu! Haruki es tu hijo, no un guerrero de un ejército. No puedes esperar que dé su vida por el clan. "

Con desprecio Masatsugu dijo: ¡Eso es precisamente lo que estoy diciendo! Tiene que dejar de ser frágil y convertirse en un verdadero samurái del Clan Azai. ¡Debe ganar el torneo a toda costa, deja de entrometerte mujer, que tu trato lo ha hecho débil!

Haruki enfadado monto su caballo y se fue a cabalgar, mientras sus padres discutían, el joven se adentra en el frondoso bosque que rodea la fortaleza del Clan Azai pronto sería el torneo y sentía una presión gigantesca de ser el ganador, por lo que necesitaba un momento de relajación, mientras cabalgaba en el bosque se encuentra con una joven misteriosa que parece también estar disfrutando de la tranquilidad de la naturaleza, estaba absorta en la creación de un delicado dibujo en un cuaderno. Sus ojos se encontraron, y ambos quedaron sorprendidos por el encuentro inesperado.

Kage no Ronin-Ronin de las SombrasWhere stories live. Discover now