Capítulo 15

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Me gusta la forma en la que Jeongyeon camina cerca de mi pero no lo suficiente para que su aroma me moleste, me gusta como insistió en que pidiera el brownie que miré durante minutos en la vitrina y que ella quisiera pagarmelo, me gusta como buscó...

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Me gusta la forma en la que Jeongyeon camina cerca de mi pero no lo suficiente para que su aroma me moleste, me gusta como insistió en que pidiera el brownie que miré durante minutos en la vitrina y que ella quisiera pagarmelo, me gusta como buscó mis manos por encima de la mesa a pesar de que inconscientemente yo la evitaba.

Me gusta la forma en la que sonríe, como sus ojos se cierran al hacerlo, me gustan sus pecas que hoy parecen más visibles que de costumbre, me gusta su cabello moreno suelto y ondulado llegando a penas un poco más abajo de sus hombros.

Por más que me asuste, por más que no quiera, Jeongyeon realmente me gusta.

Y es que llorar porque no se había acercado a saludarme en toda la mañana y sentirme mal porque no me dió el café con chocolate de frente y tampoco dejó una nota, fueron reacciones que no he dejado pasar desapercibidas.

Ojalá fuese terminado siendo una idiota para lanzarle todo en cara esta mañana y que me deje de gustar. ¡Pero ella tenía que besarme!

¿Por qué es tan bonita? No puede ser real, ¿Tener un mal día y no desquitarse en gritos o algo? ¿de verdad esa mujer es una alfa?

Volteo a mirarla caminar a mi lado, ella me mira también y me sonríe cuando cruzamos miradas antes de volver la vista al frente. Mi corazón late con fuerza y trago grueso.

Pensaba con todas mis fuerzas que todo esto terminaría siendo una farsa, una ilusión, y mucho más cuando luego de ser tan íntimas Jeongyeon vino y me ignoró toda la mañana. Pero ahora me siento más segura con ella.

Cuando llegué a casa ayer, lloré. Lloré mucho antes de dormir por miedo, por un profundo miedo de enamorarme de lo preciosa que es Jeongyeon conmigo y que todo eso termine siendo una farsa. Y cuando llegué esta mañana casi lloré al pensar en que tenía razón. Pero cuando me besó, me di cuenta que solo seguía buscando razones para rechazarla y alejarla por miedo, porque aún me asusta muchísimo el pensar que podría hacerme daño.

Pero ella sigue siendo respetuosa, incluso cuando hizo esa pregunta que me hizo escarbar profundo a cosas que llevaba tiempo sin recordar.

Cuando llegamos hasta mi casa, me quedo parada en la puerta unos segundos.

—¿Te gustó el postre, Nay? Cada que quieras algo así puedes pedírmelo. —ella dice y aprieto mis labios con sentimientos encontrados.

Volteo a mirarla, está varios pasos lejos de mi, mantiene esa linda sonrisa cálida que siempre tiene y las luces de la calle y las de mi casa la iluminan de una forma que la hace ver muy bonita.

Tomo aire, lo más que puedo, y avanzo hacia ella a paso rápido para tomar sus mejillas con mis manos y darle un rápido beso en sus labios, a penas un roce de labios, el más prolongado que puedo darle ante mi falta de aire. Sus labios son suaves, brillantes, me gustan mucho, ella me gusta mucho.

Coffee & ChocolateWhere stories live. Discover now