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Capítulo 2

Parte 2



Suguru, en la noche siguiente, se dirigió hacia el conocido edificio en el Distrito Rojo.

El gerente Yaga sintió un déjà vu al verlo ahí pidiendo a Alexa.

—Ahora mismo es imposible. —admitió el de lentes.

—Entonces quiero la hora después de esa.

Nop.

—Te pagaré el doble. —tanteo y ante el sonido de negativa suspiro. ¿Qué clase de déjà vu era este? —El triple.

El hombre lo observó por encima de sus lentes oscuros, normalmente la conversación terminaba enseguida, esto era nuevo para los dos. Hizo el cálculo en el aparato y se la pasó al chico.

—¿Seguro que puedes pagarlo?

Cuando el pelinegro vio la cifra, sudó frío. La cantidad era exageradamente grande, nada que ver con lo que pagaba unos años atrás. Pero podía permitirse eso, aunque la próxima semana debería contemplar hacer horas extra.

—Hecho, pero no la veré aquí. —entregó su tarjeta.

—Eso agrega un extra... —Yaga pasó el plástico procediendo el pago antes de que algo más sucediera.

—Solo haz los preparativos.

La puerta se abrió y los murmullos aparecieron frente al mostrador. Un señor de mediana edad que tomaba de la cintura cariñosamente a Alexa mientras le susurraba cosas inaudibles y ella solo reía.

El pelinegro se volteó evitando que lo viera.

—Yaga, Denis viene a agendar. —el nombrado procedió a realizar su trabajo de forma rápida. Y una vez aquel cliente salió del lugar, preguntó con disgusto. —¿Si confirmo el malnacido de ayer?

Yaga suspiro frustrado. —Mierda, Alexa. Cuida esa maldita boca. Y sí, pero hoy lo tomará Nobara.

Ella lo miró mal. —Aún no está lista. —excuso firmemente.

—Solo vete con el cliente —señaló a Geto. —, y cierra la puta boca, ¿sí? Sabes cómo funciona esto.

Alexa vio incrédula al dichoso cliente y la nota que hizo el gerente una y otra y otra vez. Después lo miró con furia.

¿Era una clase de broma?

—¿Qué tontería estás haciendo ahora? —lo tomó del hombro esperando que la viera a los ojos. —Deja de hacerme perder el tiempo y vete de aquí.

La castaña estaba enfadada, no solo por la exagerada cantidad que había pagado, sino por el hecho de que le estaba complicando las cosas.

El solo hecho de que una de las recién llegadas tomará a ese loco le ponía los pelos de punta. Hace poco había logrado que Ivette, una novata, no se encontrara con él. Y ahora Geto aparecía para complicarle las cosas.

¿Qué es lo que podía hacer ahora?

—Cállate y vete. —Yaga ordenó.

Geto sonrió. —Deberías de hacer lo que tu jefe te pide.

—Sigue diciendo estupideces y le haré llegar esto a tu novia. —Suguru borró su sonrisa y pensó ¿De qué hablaba?

—No restaré el tiempo que me estás haciendo perder. —amenazó.

—Sigue insistiendo y asumes las consecuencias; o toma a Nobara y lárgate.

Ninguno cedería.






 마라 (𝐁𝐀𝐃𝐀𝐘𝐈𝐀𝐍𝐆)



𝑇ℎ𝑒 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑦 𝑜𝑓 𝑢𝑠 | 𝐒𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮 𝐆𝐞𝐭𝐨Where stories live. Discover now