𝐀𝐍𝐓𝚰 𝐇𝐄𝐑𝐎 - regulus & sirius black

VII; UN ÁGUILA Y UNA SERPIENTE

—Cuidado con eso... podrías hacerte daño—regaña Snape, quitándole el frasco de veneno que casi le cae en la piel a la chica—¿Segura que estás en sexto?

—Muy gracioso, Sev—murmura la de ravenclaw ofendida, había pasado un mes desde que llevaba ayudándola en pociones y aún se le complicaba.

Era inteligente, pero por alguna razón esa materia no era su fuerte, ahora solo quería aprobar su TIMO para vivir en paz hasta el otro año, donde tendría que buscar una mejor estrategia para pasar la materia ya que su "amigo" se graduaría este año.

—Sabes Nadin, realmente estoy dudando que seas de Ravenclaw—comenta burlón cuando la chica busca solo cinco ampollas diferentes—te faltaron cinco más

—¡Odio los números!—exclama frustrada y busca los pequeños frascos de cristales—Asegurate de anotarlo en el libro para no volver a confundir las cantidades

Severus Snape rueda sus ojos pero simplemente escribe en las indicaciones un recordatorio sobre las ampollas; aún seguía preguntándose como se había convencido de escribir "el principe mestizo y el águila aprendiz" en la primera página de aquel libro de pociones.

—Sabes Snape, no eres tan mal profesor—Dice la chica con una sonrisa cuando ve salir del caldero el humo del color deseado

—¿Quién dijo que lo sería?—dice con egocentrismo, sabía que era el mejor de la clase, junto a Lily, la cual llevaba ignorándolo y odiándolo desde que se emparejó con Potter.

James Potter.

Como lo odiaba.

Sobre todo cuando fue él el culpable de que aquellas palabras salieran de su boca en presencia de Lily, si pudiese regresar el tiempo, seguramente elegiría lastimar solo a James Potter... y no a la persona que tanto amaba.

—A veces olvido que eres de Slytherin, pero gracias por recordarme cuando hablas—Sisea irónicamente, no le molestaba, de hecho, estaba acostumbrada desde que Regulus era su ¿amigo?

O lo que sea que eran por ahora.

—Sabes... jamás creí decir esto pero, eres una de esas pocas personas fuera de Slytherin que no me desagradan tanto—confiesa el de cabello negro, volteando hacia la chica de intensos ojos azules.

Comprendía a su amigo.

Nadin Mckinnon tenía el encanto que ninguno de sus hermanos portaba, se atrevía a decir que parecía todo menos de aquella numerosa familia; seguía sin comprender como era posible que todos prefirieran a Marlene antes que a ella.

Pero no le sorprendía, al parecer solo los de Slytherin pueden ver el verdadero valor de las personas.

—¿También lo harás?—pregunta de un momento a otro la chica cuando se forma un silencio entre ellos, ante la mirada confusa de Snape, la chica suspira antes de decir—Ya sabes... la marca

El adolescente abre sus ojos y mira a su alrededor paranoico pensando que alguien podría pasar y escucharlos, no era ni el momento y mucho menos el lugar para hablar de sus planeas a futuro.

Debía hacerlo, era un orgullo para él y para sus padres aceptar las creencias de su señor tenebroso.

—¿De donde haz escuchado eso?—pregunta molesto, aunque sabía que Regulus confiaba en ella, no creía que su amigo fuese tan idiota para decirle quiénes aceptarían la marca ese verano—Es fácil deducirlo... sabiendo que él lo hará, es cuestión de tiempo para que sus allegados también lo hagan, Severus

Nadin tenía razón.

Snape solo podía pensar en lo inteligente que era; porque todo lo que dijo era verdad, no solo Regulus o Snape lo harían...Lucius, Barty, Rosier... habían más personas en su lista, el legado era amplio, pero ella no lo debía saber.

No cuando el de Slytherin sabía que ella era amiga de los estúpidos y autoproclamados "merodeadores" a quién les seguía guardando rencor por la broma de quinto año.

—Tienen más opciones, Sev... por favor, convence a Regulus que no lo haga, no es un honor dejar que se marque como animales de granja—murmura la chica por lo bajo, provocando que Snape respire pesadamente ante la referencia muggle de la joven.

¿Acaso lo estaba comparando con un animal de granja?

—Lo que haga o no... no es tu problema, Mckinnon—recita de manera seca para recoger su libro—Termina la poción, volveré en una hora para ver el resultado

Nadin frunce su ceño cuando Severus la deja completamente sola en el salón de pociones, no se molestó en decirle algo porque, no era la primera vez que lo hacía en todo el tiempo que llevaban conviviendo.

Si ella decía algo que le desagradara, él solo se marchaba.

A ese punto empezaba a creer que Sirius y James tenían razón, debió aceptar las clases con Lily, pero quería ser amable con Regulus y Snape, no quería rechazar su ayuda; pero el comportamiento del Slytherin comenzaba a fastidiarle.