VIII; FIESTA EN LA CASA DE LOS GRITOS

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Cualquiera que escuchara sobre la reputación de James Potter o Sirius Black, diría que ese par tenía buenas ideas al igual que Remus y Peter.

Pero, quienes conocieran de verdad al cuarteto confirmarían que la mayor parte del tiempo, las cosas solo ocurrían a su favor; aunque sus ideas era buenas, no dejaban de ser inventos raramente ejecutados de manera perfecta.

—¡Miren esto!—Grita James agitando sus brazos para hacer un extraño movimiento de baile, a lo que Lily solo rie ante las ocurrencias de su ahora prometido.

Aunque eso aún nadie lo sabía.

—¡Vamos Cornamenta, puedes mover el trasero mejor que eso!—se burla Sirius con un líquido en su mano antes de beberlo provocando que haga una mueca por el sabor.

Esta vez Lily y Nadin se habían pasado en la receta.

—¿Por qué no vienes y me enseñar, Canuto?—reta James con una extraña mueca, y los adolescentes presentes correan un grito ante la provocación—¿O tienes miedo?

—Querido amigo... el miedo no existe en mi diccionario

—¿Por qué presiento que esos idiotas harán algo realmente estupido?—Comenta Nadin con gracia cuando James y Sirius bailan como si estuviesen haciendo un ritual.

—Porque son ellos dos—responde Lily con una risa, y Marlene asiente apoyando las palabras de su amiga—Nadin, ¿Cómo van las clases de pociones?—pregunta intrigada, escuchó por parte de Sirius que Snape le estaba ayudando, pero quería saber si seguía siendo tan insufrible como la última vez que le habló.

—Porque podemos ayudarte... o Lily puedo hacerlo, no necesitas soportar a... ya sabes... estas últimas semanas antes de tus TIMOS—Informa Remus, sentandose al lado del cuarteto de chicas, quienes lo observan con burla—Oops, ¿era una conversación de chicas?

—Lo era hace un momento, Lupin—responde Marlene acariciando de Dorcas, quién le besa la frente cariñosamente

—¡Oye, Peter! ¡Ven a mover tu trasero también!—escuchan al dúo decir hacia su rubio amigo, que se encontraba un poco alejado de todos, aunque no les sorprendía; siempre solía ser el más introvertido.

—Como sea, ¿No necesitas nuestra ayuda, Nadin?—pregunta Lily con una mirada maternal, y la de ojos azules sonríe agradecida.

Amaba como la hacían sentir aquellos Gryffindor's, era algo que no había logrado en su propia casa, no ahora que muchos de Ravenclaw la habían alejado cuando se enteraron que frecuentaba con Regulus Black.

—Gracias por la ayuda, Lils... no dudaré en decirte cuando lo haga—dice levemente, y la pelirroja asiente antes de voltear su mirada hacia su novio y su amigo, quiénes parecían estar haciendo lip sync con la música de fondo.

—Te felicito, Remus... al parecer eres el menos tonto de tus amigos—Se burla Marlene cuando Sirius con sus propios pies al intentar cambiar la canción.

La poción le había pegado fuerte.

—Créeme que por primera vez, no estoy ofendido por algo que me dices, Mckinnon—Nadin rie cuando Remus abre sus ojos con temor al ver a James acercarse a él—¡A tu izquierda Potter, no soy pelirrojo!

—¡Lily!—exclama emocionado, abrazando a su novia para besarle el cachete—¿No es hermosa mi novia?

—Prometida, cariño—corrige con los cachetes rojos cuando todas las miradas se posan sobre ella, y Sirius que se encontraba aún en el suelo, comienza a arrastrarse hasta llegar a sus amigos

—Mi Prometida, todavía mejor—Susurra James orgulloso de si mismo, sin dejar de abrazar a Lily, que ahora sacaba su varita para apuntar su dedo anular.

A los pocos segundos aparece un hermoso anillo de diamantes en el delgado y pálido dedo de Evans.

Todos permanecían estáticos ante la confesión.

—¿Qué?—canturrea Sirius, tomando la mano de Lily para abrir sus ojos—¡Pero miren el tamaño de esa piedra!—Exclama con dificultad y abraza el pies de James—¡Felicidades Lily, mi mayor pésame en soportar a Cornamenta!

—¡Oye!—se queja James, estirando su pierna para que au amigo lo suelte, pero solo ríe, amaba a su amigo.

—¡Felicidades!—Exclama Nadin, siendo la primera en salir de la sorpresa, y a eso le siguieron la pareja de chicas, Marlene y Dorcas, quienes abrazan a su amiga de la misma manera que Nadin lo hacía

—Me siento indignado, ¿por qué nadie abraza al prometido?—suelta James con un puchero—Gracias Lunático—agradece cuando Remus le da unos golpecitos en la cabeza.

—Esperen... ¡Esto se merece una celebración!—Exclama Sirius levantándose del suelo para señalar a Peter, que se acercó para felicitar a sus amigos—¡Colagusano, abre las botellas, que la fiesta apenas acaba de empezar!

Sin replicar, Peter hace lo que su amigo le indica mientras que Remus cambia la canción a una más lenta para que sus dos amigos, ahora comprometidos, tengan un momento especial.

—¡Un aplauso para esta pareja que está enamorada!—Sentencia Sirius aplaudiendo al aire cuando James y Lily continúan bailando pegados al ritmo de la música lenta.

De reojo, Nadin sonríe al ver a su hermana y Dorcas levantarse para imitar esta acción, no pudo evitar sentirse satisfacción y orgullo en saber que Marlene finalmente había aceptado que a quién amara no la haría menos.

—¿Bailas?—escucha a su lado y voltea para mirar a Sirius, quién esperaba atento su respuesta, Nadin no pudo evitar pensar en Regulus.

Por supuesto, eran hermanos pero, los Black tenían un encanto del cual nadie podía resistirse, aunque se notaba que Sirius tenía facciones más maduras, a diferencia de Regulus, que parecía más inocente.

Ahora se preguntaba, si él la estaba pensando tal como ella lo hacía en ese momento; de todas formas, si no lo hacía, no podía molestarse, aún no eran nada más que amigos.

No podría molestarse si bailaba con su hermano, piensa la de Ravenclaw.

—No esperes que baile contigo, Colagusano—Murmura divertido Remus cuando ve como Nadin y Sirius van al centro para unirse a las dos parejas que bailan pegadas en su propia burbuja personal.

Peter solo rueda sus ojos y mueve su cabeza al ritmo de la música, por otro lado, Lupin solo observa a sus amigos con una sonrisa de felicidad sincera.

Se alegraba por James y Lily, eran unas de las personas más importantes en su vida, sabía que tarde o temprano ese momento llegaría, sobre todo cuando James se enamoró de aquella pelirroja desde el primer momento.

Simplemente era amor verdadero.

Al igual que el de Marlene y Dorcas, quienes si habían tardado en admitir lo que sentían la una a la otro por los prejuicios, pero ¿a quién le importaba eso?

Él era un hombre lobo, eso era mil veces peor que estar con la persona que amas.

Inevitablemente, al observar a la última "pareja" que parecía reír entre ellos cada vez que se pisaban, Remus su sintió mal por su amigo.

Los sentimientos de Sirius hacia Nadin sobrepasaban a los de una amistad, tal vez sería una sorpresa para las chicas si alguno de ellos llegara a confesarlo en voz alta.

Pero nunca lo harían.

No podrían hacerle eso a Nadin, mucho menos a Sirius, que se auto-castigaba cada vez que se imaginaba una vida con la amiga de su hermano, porque él más que nadie sabía que para Regulus, ella era más que una amiga.

Si había algo en lo que un Black era bueno, era en esconder sus emociones, y por respeto a su hermano, lo haría.

𝐀𝐍𝐓𝚰 𝐇𝐄𝐑𝐎 - regulus & sirius blackWhere stories live. Discover now