Capítulo 1

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Los edificios presentaban fisuras y deformaciones en las fachadas. Los cristales inundaban las calles y los vehículos sestaban completamente abandonados, aparcados en medio de la calle. Lo que otro ora fue un hermoso barrio concurrido, ahora parecía una cona de guerra, completamente desprovista de transeúntes o de personas en las inmediaciones dando el aspecto de una ciudad abandonada.

Shibuya había sido un barrio concurrido por personas hasta había veinticuatro horas. Sus edificios eran una representación casi calcada de lo que era el Time Squere para los americanos, como si fuera su hermano gemelo. O al menos, lo fue antes del Día D, del incidente que cambió Japón para bien o para mal, un día que marcó la historia del país y de sus habitantes.

A pesar de la destrucción y el caos, había dos personas que caminaban entre escombros, vehículos abandonados y algunos cuerpos que yacían tirados sobre el asfalto, mostrando heridas letales probablemente producto de algún enfrentamiento.

Muchas de las personas, o gran parte de ellas, llevaban una ropa similar con un detalle similar: un botón que representaba lo que parecía ser un pequeño vórtice como el de un remolino y que parecía ser representativo para dichas personas, como si fuera algún tipo de símbolo. Los uniformes eran oscuros, tanto el femenino como el masculino y algunos parecían tener algunas características distintivas que los hacían diferentes al de sus compañeros.

De las dos personas que seguían "vivas", la más joven parecía llevar el mismo uniforme que llevaban los fallecidos. Era un uniforme masculino con la capucha roja a juego con las deportivas que terminaban su uniforme, siendo ese su detalle distintivo. Como sus compañeros, este chico también llevaba el símbolo de vórtice en uno de los tantos botones de la sudadera del uniforme.

La otra persona se veía algo más mayor, con el cabello sujeto en dos rodetes y un flequillo que caía de manera desordenada sobre su frente. Cruzando el puente de la nariz de forma horizontal, una marca negra como un tatuaje que destacaba en su rostro, dando al mismo hombre un aspecto mucho más descuidado y desanimado sumándose a las ojeras que estaban presente bajo sus ojos, los cuales lanzaban una mirada despectiva y carente de chispa.

―Deberíamos seguir, buscar a alguno de los otros.

El más joven tenía el cabello desordenado de un color rosa claro. Una cicatriz cruzaba su rostro como si alguien hubiera intentado cortar su cara en dos, algo que había pasado. Otra pequeña cicatriz estaba presente en el lado derecho de su boca, en la parte inferior. Un corte anterior dejó dicha marca en la boca del chico.

―¿Dónde buscar? Es la pregunta.

Ambos mostraban un semblante realmente serio. Los sucesos que llevaron a Shibuya a su estado actual, habían girado en torno al chico de cabello castaño, mientras que el hombre de cabello oscuro fue empujado y manipulado para participar. Aunque eso lo aprendió en la línea final de los sucesos, cuando ya no podía hacer mucho por arreglar las cosas y solo podía aceptarlo.

El chico apretó los labios en una fina línea que casi hizo desaparecer la boca del rostro del muchacho. La seriedad estaba combatiendo con la ira y la tristeza en sus ojos marrones, los cuales habían recorrido aquel caso cientos de veces, gravando las imágenes en su mente cada vez que podía.

Era un castigo. Uno específicamente que estaba dedicado para él y nadie más podría sentirlo o apreciarlo, sobre todo cuando él fue el causante de aquel "genocidio".

―La prioridad es rescatar a Gojo-sensei―Shibuya se había envuelto en un manto oscuro. Las maldiciones habían crecido y aumentado en poder, rondando por las calles donde debería haber personas―. Con él, todo esto puede revertirse.

Útero MalditoWhere stories live. Discover now