Capítulo 14

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Cualquier hechicero debería haber sentido miedo ante la presencia del Rey de las Maldiciones e, incluso el mismo Sukuna, había esperado ver shock o desesperación en la mirada del chico que había sido su contenedor hasta el momento, más cuando había tomado el cuerpo de su mejor amigo para reencarnarse. Pero Yuji Itadori no solamente no se quedó quieto por el miedo, el shock o la desesperación, si no que había tomado una postura de batalla. Un todo o nada. El joven estudiante de cabello rosado, no estaba mostrando una mirada infantil, alegre o una que mostrara un miedo aterrador. Cuando Sukuna miró los ojos del estudiante de quince años de hechicería, vio los ojos de una bestia mirándolo fijamente, acechándolo. Y un escalofrío recorrió su espalda ante aquel simple gesto inofensivo por parte del que había sido su contenedor, su carcelero, el chico que lo trajo nuevamente a la vida.

"Esto es ridículo. Sentirme intimidado por este mocoso de mierda"

Ryomen Sukuna sonrió con cierto toque de burla y movió los hombros para ajustar su cuerpo. Hacía tiempo, mil años, que no había estado vivo nuevamente. Ahora tenía un nuevo cuerpo, una nueva oportunidad de hacer lo que quisiera. Y nadie podía detenerlo...

Sukuna echó el cuerpo hacia atrás y sintió como su cuerpo fue golpeado por el viento resultante del movimiento circular de su adversario. Yuji había lanzado una patada circular que habría arrancado la cabeza de Sukuna si este no se hubiera movido. Y todo eso fue solamente en una milésima de segundo, en un pestañeo.

"¿Cuándo se movió?"

Levantó los brazos y bloqueó el puño descendente del muchacho, sintiendo como la fuerza de dicho golpe hacía que sus brazos temblaran, que se volvieran pesados como si hubieran aumentado una tonelada completa o como si tuviera pesas tan pesadas que enviaban sus extremidades al suelo; pero se obligó a levantar los brazos y bloquear la patada inversa del chico de cabello rosado, atrapando su pierna; ocasión que Yuji aprovechó para descargar una patada descendente contra el hombro de Sukuna y derribarlo, hacerlo caer sobre su rodilla derecha.

―¡¿?!

Los ojos del Rey de las Maldiciones se abrieron ampliamente, mostrando lo sorprendido que estaba por aquello. ¿Él estaba arrodillado frente a un humano ordinario? Sukuna apretó los dientes y comenzó a levantarse...a tiempo para recibir un rodillazo que lo envió a estrellarse contra la pared y quedar cubierto de escombros.

―...

Yuji apretó los puños y comenzó a caminar tranquilamente hacia el agujero del edificio, manteniendo la calma. Rocas salieron disparadas en su contra y apartó el cuerpo, esquivando los proyectiles. Levantó los bazos y se cubrió el rostro, siendo empujado por el puñetazo directo de Sukuna, quien miró con malicia al hechicero más joven.

―Voy a reconocer que tienes agallas―murmuró, limpiando la sangre de su labio roto. Yuji moró aquello a unos diez metros de distancia, desde donde lo había enviado el puñetazo de su rival―. Enfrentarme, incluso sin ser nadie especial. ¡Eres una existencia demasiado insignificante, Yuji Itadori!

―...no soy yo el que tiene que robar cuerpos para revivir y poder pelear con otros―Yuji sonrió con burla, mirando directamente los ojos entrecerrados de Sukuna―. Sin mi o sin Megumi...no serías nada en esta era. ¡Tu tiempo pasó viejo!

Jab directo salió disparado contra el rostro de Yuji. Movió sus brazos y dio un paso a un costado. Sorprendiendo a Sukuna, Yuji Itadori envolvió su brazo derecho y con una llave estrelló al rey contra el suelo, para luego descargar un golpe de talón que generó grietas en la fachada del hospital, causando un ligero temblor.

―Tantas palabras para no decir nada―Sukuna movió la mano. Yuji abrió los ojos y, en un segundo, sangre salpicó su rostro y lo hizo trastabillar varios pasos hacia atrás―. No eres nada en este mundo, mocoso. No pudiste detenerme en Shibuya y no vas a poder detenerme ahora. ¿Puede tu insignificante mente comprenderlo?

Útero MalditoWhere stories live. Discover now