Capítulo 18

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Ryomen Sukuna había sido derrotado hacía mil años, durante la época dorada de las maldiciones y de los hechiceros, cuando las personas aun creían en los monstruos, los dioses y los héroes que daban sus vidas por la humanidad. En la actualidad, con el paso de los años, los hechiceros habían abandonado todas las esperanzas de una nueva época dorada, de un tiempo donde los hechiceros nuevamente fueran el pilar del mundo y la esperanza de aquellos que se escondían de la oscuridad. El Juego del Sacrificio había mostrado que la humanidad veía a los hechiceros como herramientas o que no podían creerse que la "magia" existía. La época moderna era una Era donde los hechiceros ni siquiera habían logrado despertar sus "Expansiones de Dominio". A comparación de los hechiceros de hacía mil años, los hechiceros modernos estaban en una escala de poder muy inferior a la actual, pudiendo ser colocados aquellos reencarnados por Kenjaku en un escalón por encima o dos de los hechiceros modernos.

Aunque había excepciones.

Hiromi Higuruma había terminado de sellar su pacto con Yuji Itadori y se había unido al bando de los hechiceros en su guerra contra Sukuna y Kenjaku, los principales líderes del grupo enemigo, de la oscuridad que se movía sobre el mundo. Para ser un hechicero de la edad moderna, Hiromi había demostrado a estar en un nivel equiparable a Satoru Gojo, convirtiéndose por su "dominio" en un as bajo la manga del grupo de hechiceros liderado por el profesor Gojo.

Pero como Satoru había mencionado a su estudiante, tenía un plan.

Yuji Itadori había sido la vasija del Rey de las Maldiciones por un periodo de tres meses antes de la guerra, obteniendo partes residuales de la energía maldita del monstruo que ahora asolaba el mundo. Para Satoru, Yuji era una herramienta perfecta con la que pelear contra Sukuna y obtener a Megumi de vuelta, pues el chico de primer año era consciente de los bordes del alma al haber albergado a Sukuna en su interior por un periodo extendido, lo que le daba a Yuji la percepción perfecta entre las almas y ver los bordes de estas.

Yuji estaba dispuesto a aprender todo sobre las almas, por lo que aceptó el libro de la difunta Yuki Tsukumo y lo había estudiando al mismo tiempo que estudió los manuscritos del clan Gojo sobre el "Infinito" y los "Seis Ojos", lo que le dio una pesada lectura para pasar las horas que no estaba ejercitando su cuerpo, pues a pesar de haber terminado el entrenamiento con el padre de Megumi, el chico seguía realizando los ejercicios como una manera de grabarlos en su cuerpo, pasando la información de su cabeza a sus músculos, aprovechando así sus cualidades físicas colocadas por encima del promedio, tal vez equiparando a las de Maki.

El actual plan que había sobre la mesa, era sencillo para los hechiceros. Satoru abriría la guerra contra el equipo de Sukuna y Kenjaku con su pelea inicial contra el Rey de las Maldiciones, lo que daría al más fuerte de la historia al finalizar la pelea, algo que preocupó a más de uno de los estudiantes de hechicería. Si Satoru moría, ¿quién pelearía contra Sukuna?

El desgaste físico y mental resultante del enfrentamiento, era una carta para tener en cuenta para seguir el enfrentamiento. Satoru desconocía las habilidades de su rival, pero Sukuna había aprendido todo sobre su técnica maldita y lo había observado en acción desde el interior de su estudiante de primer año. Sabía sobre "Rojo" y "Azul", pero desconocía sobre "Morado". Aunque la barrera que tenía puesta sobre sí mismo, podía ser superada con un "dominio simple" con las características apropiadas, algo que Sukuna conocía. En cambio, él desconocía las habilidades de Sukuna y solo había visto su "corte" en acción en más de una ocasión; pero si lo pensaba bien y alineaba el tiempo que Sukuna había vivido, el "rey" debía de tener un enorme arsenal de técnicas ocultas y de herramientas para usar, así como ocultar su verdadero poder.

Útero MalditoWhere stories live. Discover now