El Trío Total

LOS ALTERNOS PARTE 1 EL LÍDER

El sábado escolar fue mucho más desastroso de lo que se esperaba, no sólo los estudiantes comenzaron a quejarse de la labor del trío total, sino que uno de los estudiantes conocidos por ser el menos listo de la escuela, Howard Weinerman, había abierto un agujero negro con la mente de una extraña caja que todos juraban tenía burritos.

La mayoría de alumnos y maestros salieron corriendo mientras el ninja se aferraba con sus cadenas al cuerpo de Howard, la guardiana y el maestro sostenían a los alumnos que no escaparon antes de la expansión del aterrador vórtice, con la esperanza de que su protegido salvaría a la escuela, incluso si parecía que estaba dormido abrazando al contrario.

Los segundos se sintieron eternos antes de que ninja y erudito maligno lograran volver a la normalidad, pero fueron segundos verdaderamente valiosos en los que el agujero negro consiguió el tamaño correcto para terminar de absorber a los cuatro jóvenes más próximos a su mortífera existencia, la cadena fue rota por tanta exigencia, y cuando ambos caían víctimas de su oscuridad, la guardiana actuó por impulso, arrojando a su compañero en resguardo por encima del pupitre para que no sea absorbido y entonces saltar al rescate de ambos, de manera más inconsciente, el maestro repitió la acción con tal de salvar a su compañera más antigua, pero la falta de conocimiento de ambos sobre la naturaleza voraz de los agujeros negros, los volvió un par de nuevas víctimas mientras los presentes observaban y gritaban aterrados por la seguridad de aquellos que los habían protegido desde siempre.

Y...

.

.

.

.

.

... caos, todo era caos, el cuarteto llegó a un lugar que no reconocían como su hogar, el vórtice los llevó a un infierno de caos y destrucción, sólo había monstruos, monstruos horriblemente viejos, pero poderosos, y con sed de miedo y sangre.

Por suerte, cuando los cuatro apenas habían llegado y reconocido la amenaza ante ellos, no tardaron en ocultarse bajo montones de piedra y tierra que asemejaban a una cueva prehispánica.

―Ya no estamos en Kansas... ―Fue lo primero que dijo la Guardiana con los ojos desorbitados ante el caos presente.

―¡¡¿Qué clase de lugar es este?!! ―Preguntó Howard aterrado.

―¡¡Eso me gustaría preguntarte a ti!! ¡¡Fue tu agujero negro lo que nos llevó a este sitio!! ―Le recordó el maestro bajando su máscara con gran coraje.

―¡¡No es momento de buscar culpables!! ¡Lo que importa es que estamos vivos! ―La guardiana detuvo la discusión empujando a su primo, a sabiendas de que eso sería lo siguiente que haría Howard.

―La guardiana tiene razón, no hay que recordar que esto no hubiera pasado si Cunningham no trataba de explotar mi inteligencia de sábados. ―Dijo Howard, apuñalando con su razón al ninja que veía por la entrada el desastre de monstruos que habitaba en el exterior.

―Creo que la Guardiana dijo que no debíamos buscar culpables. ―Dijo tratando de superar su culpa.

Los temblores causados por las grandes pisadas de los monstruos cerraron la salida de su escondite, pero fueron disminuyendo hasta no sentir nada, en cambio, escucharon gritos de guerra, de una multitud considerablemente grande, al asomarse y ver a la gente que gritaba con determinación en lugar de miedo, varios rostros de hecho lucían... ¡¿Familiares?!

―¡¿Están viendo lo mismo que yo?! ―Preguntó el ninja con miedo.

―¡¿Una versión apocalíptica de nuestros compañeros, maestros y conocidos?! ―Confirmaba la guardiana, esperando en realidad estar loca.