Bruma diecisiete

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En la penumbra de mi alma, sin estrellas,

vaga un espíritu sediento de quimeras,

una chica perdida, sin rutas, sin veras,

un eco apagado entre brumas y laderas.


Amante del café, compañero de melancolía,

el humo se entrelaza con mis pensamientos,

en cada taza encuentro una filosofía,

mas en mi corazón, solo desalientos.


Anhelo un sueño que me alivie el alma,

un sueño que destierre esta triste calma,

mas mis ojos solo hallan negras noches,

desprovistas de estrellas y de derroches.


En la biblioteca, entre páginas de tinta,

busco respuestas a esta vida ya extinta,

mas las letras se empeñan en desvanecer,

y la esperanza se niega a florecer.


Me sumerjo en las voces de filósofos antiguos,

buscando la luz que disipe mis intranquilos,

pero encuentro en ellos solo más preguntas,

y mi corazón se ahoga en negras brumas.


Oh, café amado, con tu aroma me consuelo,

en tu amargura encuentro un dulce desvelo,

me embriagas, mas no logras sanar mi herida,

en esta vida vacía, mi alma está perdida.


Quisiera hallar en el universo un sendero,

un camino hacia el sueño, un lucero,

mas me encuentro atrapada en esta sombra,

mi esperanza languidece, mi alma se asombra.


Mas sé que en algún rincón de la existencia,

reside la luz que brinde coherencia,

un destello de sueños y claridad,

que devuelva a mi alma la felicidad.


Sincerely, elle.


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Una bruma de sentimientos que tengo que dejar irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora