Draco Malfoy y un traidor suelto

La Casa Black

Preparar tartas de manzana con mamá fue lo mejor que me pasó hasta que llegó padre y empezaron los castigos.
Un golpe por hacer perder puntos a mi casa, otro golpe por defender a un traidor de sangre, otro por separarme de Crabbe y Goyle, otro por estar detrás de una sangre sucia y así sucesivamente hasta que mi espalda que una vez había estado limpia de cortes y moretones volvió a estar igual que en mi otra vida con la única diferencia de que está vez no había mordidas y arañazos

-Habia olvidado lo que duele un hechizo cortante- dije con un suspiro mirando el trozo de tarta de manzana que estaba en mi mesa de noche

-Joven Draco- dijo Hincher mientras entraba a la habitación con una pequeña caja negra entre las manos -Traje la caja del baño

-Gracias Hincher- cogí la caja con una mueca de dolor

-Señor- susurro preocupada

-Hincher- dije algo divertido mientras abría la caja para sacar las vendas y ungüentos para curar mis heridas -Estoy bien, ¿si?- le di una pequeña sonrisa -Ya no duelen- dije mientras empezaba a curar y vendar mis heridas.

En el momento que termine de vendar mi torso Hincher volvió hablar mientras me entregaba una carta que dejó oliendo al cuarto a galletas recién horneadas Porque todo lo que me da huele a galletas recién horneadas pensé con una ceja alzada mientras abría el sobre encontrando dentro una tarjeta donde solo se podía ver una hora

-21:45- susurré mientras giraba la tarjeta para ver si había algo más pero fue recibido por la nada -Que raro- dije volviendo a mirar el interior del sobre pero no había nada más

-Hincher, ¿No había nada más?- pregunté mirando al elfo doméstico

-No señor- respondió ella mientras agarraba con fuerza el trozo de tela que cubría su cuerpo

-Vale, gracias de todas formas- deje el sobre en la cama para guardar las cosas en la caja -Ya te puedes ir Hincher-

Me levanté de la cama con la caja una vez vi que Hincher desapareció para terminar de prepararme

🌘🌔🌕🌖🌒

Miré fijamente la tarjeta entre mis dedos intentando descubrir el lugar donde me estaban citando -Tia eres un enigma con holor a galleta- murmuré mientras levantaba en alto la tarjeta

-¿Qué haces pequeño dragón?- pregunto Narcissa cuando entro al comedor

-Nada en especial madre- le sonreí mientras guardaba la tarjeta en el bolsillo de mi camisa

-¿Es algún secreto entre tus amigos?

-Puede ser- dije algo tímido mientras me servía te en la tasa que tenía delante mia

-Yo solía hacer eso con mis hermanas y primos- dijo divertida mientras le servía te -Gracias

-A si- dije curioso

-Soliamos encantar con sangre las cosas que no queríamos que nadie más viera- dijo antes de beber su té

Entonces la tarjeta está encantada con sangre pensé algo emocionado ya que podría haber descubierto el lugar donde estaba siendo citado -Gracias Mama- dije mientras me levantaba de la mesa para correr a mi cuarto haber si era verdad lo dicho por mi madre.

Entre a mi cuarto con el rumbo puesto en el cajón izquierdo de mi escritorio donde tenía un abre cartas. Sin perder más tiempo acerque la daga a mi palma para cortar y dejar caer mi sangre pero me pare al recordar que no es necesario hacer eso si puedo picar mi dedo y dejar caer algunas gotas de ahí