sheol

IV

Agus northman

—¿Papá? ¿Papá me escuchas?—alex lleva alrededor de una hora tratando de hacerme sentir mejor sin embargo yo me encuentro sumergido en mis pensamientos ideando un plan para rescatar a mi luna—todo es mi culpa. Si no hubiera salido esa noche...

—basta Alex, no es culpa de nadie. Simplemente sucedió lo inevitable—enfatizo con voz calmada. No quiero que descubra el lío que hay en mi cabeza

—entonces ¿Que haremos?

Estamos en la pequeña sala de nuestra casa. Han pasado dos días sin saber nada de luna, anuncie por todos lados su desaparición pero solo fue siguiendo el protocolo. Está claro que el gobierno no hará nada aunque sea de los suyos

Todo es mi culpa. Debí aceptar ese maldito trato con sheol. Ahora se metió con mis hijos y no puedo resguardarlos

—¿Papá?—la voz de Alex me saca por tercera vez de mis pensamientos

—alex debo decirte algo, importante—tomo una bocanada de aire porque después de esto es posible que me odie—necesito toda tu atención

El me observa curioso y centra su atención en mi inclinando su cuerpo hacia mi lugar en la mesa para quedar más cerca

—te escucho padre—me dedica una sonrisa de boca cerrada

—soy el científico que ha diseñado todas las armas contra Vampiros—se siente bien poder decirle la verdad que llevaba ocultando todos estos años. Pero su cara cambia totalmente dándome a entender que lo tomo por juego, se ríe

—¡Por Dios viejo agus!—niega con la cabeza, sus ojos de mi mismo color botan chispas con diversión—ahora si te volviste loco

Mi expresión en sería y el hace lo mismo al darse de cuenta que no estoy jugando.

—¿es encerio?—su cara de asombro es todo un poema—¡Puta madre! ¿Y por qué no somos millonarios?

—por que debo mantener el perfil bajo. Pero tenemos más dinero que cualquier persona en esta ciudad; incluso más que el gobernador

—¡Wow! Eso está de locos—se queda en silencio un momento analizando algo en su retorcida cabeza de nuez—¿Por qué no vamos por ella? ¡Hagámoslo papá! ¡Matemos a esos hijos de puta!

—alex no es tan fácil, primero esto se debía mantener en secreto. Para eso firme un contrato no quería exponerlos—suelto un suspiro frustrado llevando mi mano a la frente—si vinieron por ti y ya sabían sus nombres como dijiste es por qué ya saben quiénes son... Y dónde estoy

—venian por ti—dice la frase que tanto me ha costado decir—quieren matarte por qué tú diseñas las armas

—es más complicado que eso—suelto frustrado. Me levanto y voy a la cocina donde me sirvo una copa de whisky—digamos que tengo algo que el rey vampiro quiere así que me está atacando en mi punto más débil

—entonces ¿Que esperamos? Papá se trata de luna ¡Tu hija!—alex puede ser impulsivo así que debo tener cuidado con lo que valla a decir. Un solo error y nos mataría a todos

—iremos por ella mañana—me acerco a el tomándolo de ambos brazos, lo miro a los ojos—¡Lo prometo!—lo abrazo con todas mis fuerzas, mi pequeña debe estar pasando por cosas horribles. Se que no la matarán y el pensar que la están torturando me duele más que perderla para siempre