XIV

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Luna

—eres un completo idiota ¿Lo sabías?—ataco con molestia, el sudor corre por mi frente debido a las horas de entrenamiento a las que este animal me somete

—si yo soy idiota tu eres una fracasada—me tira un golpe que logro esquivar con éxito. Estoy entendiendo algo de todo esto y ahora no me resulta tan mal.  lo único mal aquí es mi entrenador

—¿fracasada? !ja! Lo dice el que esclavizo la humanidad para después esconderse en su mansión  y dejar que otro haga su trabajo

—¿celosa de no ser importante como yo?—una sonrisa arrogante se dibuja en su rostro, sin pensarlo dos veces le tiro un golpe en la cara que esquiva con éxito, agarra mi brazo que fue por encima de su hombro y me Hala hacia el doblando mi brazo en mi espalda con una dolorosa llave

—¡Ha! Basta—el dolor es tanto que corta mi respiración pero el parece disfrutarlo. En vez de soltarme pega mi espalda contra su pecho y con su mano libre preciosa mi cadera, el toque me produce una sensación de calor pero disimulo—¡quita tus asquerosas manos de mi!

—a cierto olvidaba que el único que puede tocarte es uriel—responde en tono aburrido para después soltarme

—te equivocas nisiquiera el puede tocarme—arquea una ceja con diversión volviendo a sonreír ¿Por qué hace eso?—¿Que te pasa imbécil?—no tengo tiempo para sus juegos. El se aclara la garganta y me dice:

—no nada solo que pensé que si lo hacían ya sabes...

—el ya no puede tocarme fue parte de un trato que hicimos—lo interrumpo

—¿Ah sí?—se acerca a mi lentamente como si estuviera acechando una presa—¿Que trató?—susurra contra mi boca cuando llega hasta mi, pega su cuerpo al mío envolviendo sus brazos alrededor de mis caderas

No consigo respirar y trago grueso ante su cercanía. Todo de mi grita que lo bese pero soy tan estúpida que en lugar de eso lo empujo para que se aleje, el lo hace pero solo queda a dos pasos de mi con una sonrisa arrogante en su rostro ¡Maldito!

—no juegues conmigo imbecil—lo amenazo—¿Ahora quien parece una perra con síntomas de puterismo?

—aun sigues siendo tu—se ríe

Antes que pueda responderle la puerta del salon se abre de par en par revelando a Uriel y una mujer peli negra atractiva de su lado

—¡Mierda!—sheol maldice y volteo a verlo pero antes de que pueda reaccionar el se abalanza sobre mi protegiéndome

—¡Eres tú perra! ¡Te voy a matar!—grita la mujer fuera de si. Uriel llega a mi tomándome del brazo, ahora es el quien me protege ¿Qué diablos sucede?

—¡pero que diablos hiciste Uriel!—grita sheol sujetando a la loca. Llego hasta la puerta para irme con Uriel pero una pregunta ronda mi cabeza y no me deja irme.  así que me planto en la entrada y con valentía la enfrento

—¿Por qué intentas agredirme?—ella se queda quieta pero su rostro emana locura en definitiva cada vez consigo a un vampiro peor que el otro

—¡eres la perra que se quiere cojer a mi sheol!—afirma dejándome boquiabierta

—¿Disculpa?

sheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora