sheol

VIII

Sheol

La pequeña humana cae desmayada, sin embargo la atajo en el aire.

—esa perra es dura de morir—dice keisha llegando a mi lado. Si bien no le cae bien los humanos percibo una pizca de preocupación en su rostro

—rapido a mi habitación—le ordenó mientras la cargo en mis brazos. Uso mi velocidad y en cuestión de segundos estamos allí

—sheol eso es muy extraño. Está débil—keisha escudriña su cuerpo intentando ver algo que la lleve a la explicación pero involuntariamente tapo a la humana con las sábanas para que no la siga viendo

—necesito que busquen un doctor del otro lado—ordeno sin mirarla

—¿Estás loco? Me han pegado con balas de madera y creeme que duele como el putas—su reclamo me hace tocarme la cien, estoy a punto de estallar—no voy a morir por una miserable humana

—¡Cállate!—le grito, me giro hacia ella y la encaro—eres mi sirviente, recuérdalo. Si te ordeno que te saques el corazón ¡Debes hacerlo!—eso fue suficiente para que retomará su compostura—ve y trae un maldito doctor o de lo contrario te haré estallar aquí mismo

—si señor—susurra entre dientes dejando solo su aroma en el aire. No tengo que ver para saber que se ha ido

Vuelvo a la cama y me encuentro con esta chica de nuevo. Su piel es caliente al tacto y la veo sudar en cantidad. Frunzo el ceño al notar como su piel está más pálida de lo normal ahora sus mejillas no tienen color y sus labios se volvieron blanquesinos. Todo lo que se es que la fiebre es mala para los humanos. lo sé, alguna vez fui humano y tuve una madre que me cuidaba

Los recuerdos son tan vagos que no logro recordar casi nada pero después de unos minutos mi trabajo rinde frutos y recuerdo. Agua... Si tiene fiebre se baja con agua

Me quito la camisa y los zapatos para no mojarlos quedando solamente en jeans

La levanto con cuidado y Rápidamente nuestras temperaturas hacen choque haciéndola quejarse por el frío.  y a mi, sentir el calor reconfortante que alguna vez tuve aunque un poco subido. la llevo al baño, abro el grifo después de sentarla en el piso  en cuestión de segundos está empapada pero trago grueso al ver lo que oculta... Su vestido amarillo se volvió transparente y puedo ver sus tangas, también noto que no lleva brasier. Sus pechos redondos y firmes me hacen olvidar mi misión por unos segundos, Volteo un poco sonrrojado voy por una toalla y  me dispongo a ponerla sobre ella

—¿Que? ¿No te gusta la vista?—volteo y veo a Uriel de pie en el umbral sonriente—no sabía que te habías vuelto gay

—callate—hablo en tono bajo.no tengo ganas de discutir y si lo ignoro se irá pronto

—deliciosa ¿cierto?

Silencio... Volteo a verla de nuevo y el agua le devolvió un poco su color habitual, cabello rojo como ese líquido espezo por el cual asesino, piel blanca como la nieve y unas pestañas largas que  a pesar de estar mojadas no pierden su encanto. Sus labios son carnosos y ella se ve tan frágil que me hace preguntar como sigue con vida en esta mansión, frunzo el ceño al sentir  una punzada en mi corazón que rápidamente me devuelve a la realidad

—vamos hermano si me la quitaste es por qué te gustó

—si te la quite es por qué no me gusta ver el maltrato en chicas inocentes