2. Secuestro y cambio de imagen

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—¡Qué calor! 

La exclamación de Steve había resonado en todo el lugar, al poner un pie fuera del ducto del avión el calor nos había invadido por completo y tenía razón, el aire es totalmente caliente y húmedo, en cuanto bajamos, comencé a sudar hasta por partes de donde no debería.

—¿La ves por algún lado? —le pregunto haciendo un poco de aire con mi mano extendida.

—Es rubia, ¿cierto?

Pregunta mirando a un punto fijo. Yo asiento con la cabeza.

—Sí.

—¿No es la que va ahí?

Señala a la estación de taxis, donde se ve una rubia con un chico pelirrojo más bajo que ella a un lado. Ambos sospechosamente vestidos de negro y con gafas de sol.

—Creo que... Sí. Espera... —entrecierro mis ojos en apenas una línea concentrándome en la imagen y la reconozco, definitivamente es ella, su cabellera rubia, nariz con esa pequeña torcedura y labios rosados jamás los iba a olvidar, en conjunto formaban un auténtico rostro de chica seductora, pero que podía llegar a ser, literalmente, letal — sí, sí es ella. Vamos — con una mano tomo la mochila del suelo y me la coloco con un movimiento rápido en la espalda, mientras que con la otra tomo la mano de Steve y lo jalo con fuerza hacia adelante.

Aunque no estoy segura de porqué demonios lo tomé de la mano...

Yelena, comienza a caminar tranquilamente hacia la salida, lleva su mano entrelazada con la del pelirrojo y en la otra lleva una bolsa de cuero negro con joyería, que al parecer es de precio elevado. En su mano luce un reluciente anillo y sus zapatillas de tacón eran tan elegantes que era imposible ignorarlas.

Comienzo a caminar un poco más rápido, Steve va por detrás de mí con paso acelerado intentando alcanzarme y aún no he soltado su mano.

Yelena se detiene frente a la calle esperando un taxi.

Me freno de inmediato cuidando que no me vea, cuando me detengo por completo a regañadientes suelto la mano de mi compañero.

—Después de que ella suba al taxi, nosotros tenemos que subir a otro y seguirla. —digo firme. Puedo notar ligeramente como Steve traga saliva pesadamente.

Cuando giro mi rostro de vuelta hacia la carretera ya no está Yelena, solo se ve un taxi salir a toda velocidad— mierda —susurro apretando mis puños— muévete Steve.

Vuelvo a tomar su mano y lo vuelvo a jalar, salgo a la horrible luz del sol y levanto mi mano libre  en busca de un taxi vacío. Un hombre gordo con barba y ropa roída por el tiempo se acerca a mí con una cerveza en mano y un cigarrillo entre los dientes.

—Hola guapa, estás bastante linda ¿qué te parece si nos vemos en un lugar mas tarde...? —ni siquiera espero a que termine, lanzo un puñetazo a su cara haciendo que este de un par de pasos hacia atrás y que finalmente caiga al suelo. Steve me mira algo preocupado y...molesto.

—¡Natasha!

—Se lo merece —le respondo seca, ni loca me iba a disculpar.

Un taxi se acerca rápidamente y se detiene frente a nosotros, dentro de la cabina un hombre de mediana edad con bigote y cabello canoso se gira a nosotros.

—Suban —nos dice, sin siquiera pensarlo dos veces ambos nos subimos rápidamente cerrando la puerta a nuestra espalda.

—Siga al taxi de ahí adelante —dice mi compañero al instante en español y acento raro. El taxista obedece y arranca a toda velocidad.

Misión Vacacional [Romanogers] Where stories live. Discover now