Misión Vacacional [Romanogers]

6. Paseo por México

Holi, he regresado con un nuevo capítulo, pienso terminar esta novela en esta semana, estén atentas🤘🏻

Después de casi treinta minutos de rogarle, le había convencido.

Saldríamos a dar un paseo por la capital de México a conocer un par de museos, el centro y Chapultepec, el cual al parecer, era como un pequeño Central Park.

Aquí el clima era mucho más agradable que en Veracruz, pero la vista era más común a lo que yo acostumbraba. Fuera playa, hola ciudad.

Después de deliberar con Steve durante unos minutos en uno de los sillones del lobby del hotel, finalmente habíamos decidido salir primero al museo de antropología a conocer un poco más de la cultura Mexicana. Y saliendo de ahí iríamos a Chapultepec el cual, queda casi justo en frente de el museo.

El tema de la cafetería no podía sacarlo de mi mente, cada vez que miraba a mi compañero de ojos azules no podía evitar recordar sus manos en mi cintura y sus labios rozándome. Sin embargo parecía que para él, eso simplemente había pasado y no había motivo por el cual recordarlo, parecía que lo había olvidado, que simplemente no le importaba en lo más mínimo.

Y yo jamás imaginé a un Steve el cual llegara, tocara deliberadamente a las chicas, pidiera perdón y después lo olvidara.

Ese no es Steve. Ese no es el Capitán.

Lo que siempre me llevaba a tener la misma conclusión: lo hizo por una razón.

Y esa razón me la había explicado en la cafetería...

¡Mierda!

Me había descubierto mirándolo directamente.

Ambos íbamos en la cabina del taxi hacia nuestro destino cuando de pronto comencé a mirarlo directamente sin ningún rodeo. No me había dado cuenta, hasta que me percato que me mira y comienza a plantarse una sonrisa en sus labios y un rubor que lentamente se escurre por sus mejillas. Yo rápidamente separo la mirada y la bajo, esta vez mirando a mis piernas.

El sol estaba ya en lo alto, eran las doce del día y su luz parecía querer alumbrarme como si fuera la estrella de una obra de teatro en Broadway, haciendo que la atención de mi compañero, lamentablemente, se centre completamente en mí. Ahora podía sentir su mirada sobre mí, y era lo que se podría llamar incómodo.

Una de sus manos lentamente, como si lo dudara, comenzó a acercarse a la mía y yo no la moví.

Anhelaba su tacto en mí, aunque fuera solo un roce, un ligero toque. No me importaba. Quería que me tocara solo una vez más. Y lo hizo.

Sigilosamente su mano se escabulló y se colocó en cima de la mía, no lo miré. Pero sabía que me miraba.

Comenzó a entrelazar nuestros dedos y nuevamente, como la noche anterior, le permití que lo hiciera. Aún con la mirada baja, sonreí y no podía evitar contemplar nuestras manos, jugueteando una con la otra, entrelazándose y acariciándose.

Pero por un momento se detuvieron, solo entrelazadas, solo esperando.

Quería mirarlo y él quería que lo mirara, pero si lo miraba lo más probable era que termináramos besándonos y aunque lo anhelaba, no podía. Mis recuerdos me lo impedían. Mi corazón aún le pertenecía a Bruce, se lo había llevado al parecer muy lejos y tal vez nunca regresara. Tal vez mi corazón siempre le pertenezca.

Y no quería lastimar a Steve. Es uno de mis grandes compañeros y pocos amigos. No quería acabar con todo eso por una estúpida razón. No quería darle falsas esperanzas, no quería quedar mal con él, por lo tanto, con toda mi fuerza de voluntad, quite mi mano rápidamente y abrí la ventana para disimular. Aún sentía su mirada sobre mí, era la segunda vez que me tomaba de la mano y ambas veces yo no se lo había permitido.