Capítulo 22: Evolución de un parásito

57 13 2
                                    

Apo Nattawin

Йой! Нажаль, це зображення не відповідає нашим правилам. Щоб продовжити публікацію, будь ласка, видаліть його або завантажте інше.

Apo Nattawin

Diciembre (-2 meses)

     Mes siete... Ni se imaginan lo extraño que lucía usando pantalones sin cerrar, ya que ninguno me quedaba, sosteniéndolos con una cinta de tela para que no se cayeran, cubriendo mis interiores expuestos con un gran suéter con gorro para intentar esconderme el rostro también.

     Casi se acababa el mes de diciembre y el clima era bastante frío, las tiendas estaban abarrotadas de gente hundida por las prisas y el consumismo. Las calles estaban húmedas a causa de una reciente lluvia que se evaporaba llenándolo todo de una tenue neblina, en tanto las recorría llegó un vago recuerdo de mi infancia y de cómo esa era mi época favorita del año. Pensé en mi madre en la cocina llenando toda la casa con olor a canela, miel y vainilla, lo que me sobrecogió y el feto dentro de mí se agitó haciéndome cambiar la sensación cálida en mi corazón por un odio infinito.

     Entré a una tiendilla de conveniencia y con mi salario de la biblioteca, compré una caja de cigarrillos, se me antojó un marshmallow con forma de oso panda y pagué por eso también. Consumí los dos al mismo tiempo: una mordida del oso y una calada de mi cigarrillo. Mis dos manos estaban ocupadas. Me encontré satisfecho porque tenía fijaciones orales y una personalidad hedonista, al menos eso es lo que mi hermano diría.

     Mi extraño estado de preñez tendía a sofocarme a veces y de repente empecé a sentir mucho calor, así que quité el gorro de mi cabeza y permití que el aire me rozara la cara dándome alivio. Las personas caminaban felices a mi lado, tomé asiento en una banca junto a un enorme Santa Claus de plástico y observé a la gente, muchas estaban acompañadas con sus familias, me hacían sentir solo. Miré de nuevo al muñeco a la par de mí y en una conducta de puro auto-odio comparé nuestras barrigas... Yo era tan gordo como Santa Claus, era un Grinch preñado. En medio de mi amargura creí ver al Cejón de Calcuta y me levanté para que me mirara, pero no lo hizo. Caminé tras él con cortos y ligeros pasos, cuando estaba a punto de llamarlo, una mujer se colgó de su cuello y lo besó. Me detuve en seco y fruncí el ceño... se suponía que era gay. ¿Qué significaba eso? ¿Me había mentido? Estaba a punto de arruinar su momento feliz cuando una niña de al menos cinco años chocó contra mis pies. Estaba usando un abrigo con rayas rojas y verdes, muy de temporada. Miré sus mejillas gordas y rosadas cuando se levantó sacudiéndose sus pequeñas manos y arrugué mi nariz con molestia.

     —Disculpe —dijo una mujer de cabello rizado quien tomó a la niña en sus brazos y la besó antes de alejarse.

      Miré de nuevo hacia Mile y él se había volteado, dejándome ver su rostro y descubrí que no se trataba de quien yo pensaba. No era dado a confundir a la gente, pero los últimos días había creído ver a ese cejón unas cuatro veces al menos, solo para cerciorarme luego de que no, nunca eran él.

      Reanudé mi camino a casa ya sin dulce ni cigarrillo y entonces me encontré con una enorme vitrina llena de artículos para bebé; no pude evitar detenerme a dar un vistazo: coches, diminutas cunas para recién nacidos, mantas, biberones, abrigos, osos de peluche sin utilidad, pero lindos a la vista, verdes zapatos minúsculos con punta como los de un duende... Las luces de la vitrina hacían que todo luciera más llamativo.

Proyecto Hippocampus [Fanfiction MileApo]Where stories live. Discover now