Cumpleaños

471 49 15
                                    

Honeymare

-¡Honeymare! -gritó Elsa mientras movía sus caderas sobre mi rostro. Ayudé a Elsa tomándola de sus caderas mientras pasaba mi lengua entre sus pliegues. -¡Mierda!- apoyó sus manos en la cabecera.

Succioné pausadamente su clítoris y sonreí cuando ella soltó un gran gemido. Mientras recorría toda su feminidad generaba varios sonidos con mi boca que transmitían ciertas vibraciones haciendo que Elsa responda con algunos espasmos. Subí mis manos a sus pechos y los apreté suavemente y fue cuando pude sentir que ella estaba a punto de llegar.

-Aún no es tiempo. -ayudé a qué se sentará en mi regazo. Bajé mi mano a su entrepierna y con la humedad de la zona introduje dos dedos de mis dedos en ella. - vente para mí- murmuré en su oído mientras movía sus dedos dentro de ella.

-¡Oh Dios! -se aferró a mis hombros y maldijo en bajó.

-¿Esas son formas de rezar su majestad?

-Ca-cállate- arañó levemente mi espalda y gruñí como respuesta- M-Más duró.

-Con gusto- la miré con una sonrisa lasciva y Elsa atrajo mi rostro para besarme. Jugamos con nuestras lenguas, tomamos aire entre momentos. Elsa movía su cadera contra mis dedos y yo los flexionada y los movía con mayor velocidad.

Cuando nos separamos del beso, sus gemidos y gritos eran más sonoros. Con mi pulgar hice círculos sobre mi clítoris y acerqué mi boca a su cuello dejando leves mordidas, la idas y marcas; su abdomen comenzó a contraerse por lo que la embestí con fuerza.

Me abrazó con fuerza enterrando sus uñas en mi espalda mientras su abdomen se contraía y daba pequeños espasmos. Cuando terminó, saqué mis dedos de su interior, ella se quedó mirándome tratando de arreglar su respiración, llevé mis dedos a mi boca y los chupe.

-Deja de hacer eso, por favor.

-Mm ¿Por qué? -coloqué mis dedos en su boca y los introduje en su boca para que los chupara, ella con gusto los recibió y empezó  a darme el mejor espectáculo que cualquiera pudiera ver, me veía a los ojos mientras los chupaba, su boca se movía tan bien.

-Feliz cumpleaños su majestad. -dije con una sonrisa, ella se metió entre mi cuello y empezó acariciar mi cabello.

-En verdad brillaste con tu regalo.

-Mi novia merece lo mejor.

Ambas sonreímos y nos dimos un pequeño beso, aún tenía las mejillas coloradas, se veía tan adorable. No parece que hace un momento estaba sentada en mi cara.

-Te amo, mi copito. -dije en su oído, tenemos unos apodos muy cursis.

-Te amo mucho más, mi florecita.

Otoño invernal (one-shots) Where stories live. Discover now