Ruptura

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—Entonces... ¿Todo se acabó? ¿Eso fue todo?

—Elsa... No te lo tomes personal ¿Sí? Lo nuestro nunca funcionó.

—Pero yo... Yo me entregué a ti. Tuvimos sexo Honeymaren, lo hicimos y ahora me estás terminando ¿No significó nada para ti?

Dije ya entre lágrimas.

Honeymaren solo suspiró y se me acercó un poco.

—Elsa, seré sincera. Solo quería acostarme contigo ¿Bien? Y para ser sincera fue la peor experiencia de mi vida. Soltabas copos de Nieve con solo tocarte ¡Casi me congelas viva!

El nudo en mi estómago cada vez se hacía más grande, mis mejillas estaban calientes del enojo y mis ojos soltaban lágrimas sin parar.

—Pero yo...

—Pero tú nada. Eres prepotente y no controlas tus poderes, ni siquiera en la cama y si sigues así, terminarás sola Elsa.

Honeymaren se dio la vuelta para irse pero la tomé del brazo lo más rápido que pude.

—Por favor, dame una oportunidad más.

Rogaba una y otra vez mientras mis lágrimas cubrían mi rostro, Honeymaren solo volteaba los ojos.

—Te prometo que controlaré mis poderes Honey... Te prometo cambiar, te prometo no volver a ser una tonta, solo no me dejes.

Por miedo de la situación, me arrodillé y me abrace de sus piernas con todas mis fuerzas mientras rompía en llanto, ella trataba de liberarse pero era imposible.

—Elsa, carajo. Sólo supéralo, te use por beneficio propio y ya me cansé de fingir que te amo.

Al oír eso, alcé mi cabeza hacía ella aún sin soltar sus piernas y con lágrimas en los ojos le reclamé.

—Pero tú... Tú me dijiste te amo muchas veces.

—Solo es una tonta palabra, igual de tonta como tú al creer que alguien te amaría, eres un hielo, literalmente.
Solo te use porque sabía los beneficios que tendría al salir contigo pero ya me harté de ti, de tu exceso de cariño y tus regalos estúpidos, entiéndelo de una maldita vez.

Y con eso, me empujó con fuerza dejándome afuera de su alcancé. Se alejó lo más rápido que pudo y yo solo pude sentarme en el mismo suelo en el que estaba y tapar mis ojos con mis rodillas mientras mis manos acariciaban mi cuerpo.

Honeymaren... Ella me uso...

Mis lágrimas salían sin control alguno, los sollozos eran cada vez más fuertes y el dolor en mi pecho era imposible de soportar.

Hasta que sentí su voz muy pero muy a lo lejos.

—Elsa, cariño...

Y de repente, desperté.

Todo había sido un sueño.

Estaba sentada en la cama, exaltada por la pesadilla que acabó de tener y Honeymaren me miraba con una mezcla de preocupación y temor.

—Elsa, cariño ¿Estás bien? Estabas llorando en el sueño.

Por instinto, mi mano fue directamente a mi mejilla. La cuál estaba hinchada y húmeda por todas las lágrimas que solté.

Tocaba mi pecho el cuál subía y bajaba con intensidad tratando de controlar mi respiración. Honeymaren se me acercó por completo y me abrazó con fuerza.

—¿Qué soñaste copito?

Susurró.

—Yo... Tú...

Mi voz se entrecortaba con solo recordar todo lo que Honeymaren me decía en mi sueño, el pánico de que me abandonará por no lograr controlar mis poderes, era enorme.

—Shh, tranquila. Respira lento cariño.

Seguí sus indicaciones hasta lograr controlarme, al sentir mi respiración más calmada la abracé con fuerza.

—Soñé que... Que me dejabas y me decías muchas cosas feas sobre mi magia y que casi te congeló en la cama... Yo... ¿Honeymaren, en verdad me amas?

Dije, con nuevas lágrimas en los ojos y una de ellas resbaló por mi mejilla.

Honey solo me miró con ternura.

Posó su pulgar en mi mejilla y limpió la lagrima con ternura.

—Amor, eres la chica más fabulosa, encantadora y más hermosa que conozco, jamás haría algo para lastimarte. Me encanta tu magia y me encanta lo que eres capaz de hacer con ella, cariño has podía construir un castillo.

Dijo en un susurro mientras seguía acariciando mi mejilla, yo solo podía mirarla con atención.

—Te amo Elsa y eso nada ni nadie lo cambiará ¿Me oyes? Además, no nos hemos acostado cariño —Dijo con una sonrisa y en ese momento, recordé ese pequeño detalle, pude sentir como me sonrojaba de inmediato. —Pero, ese paso lo daremos cuando en verdad te sientas lista y te aseguró que será un día inolvidable para ambas, porque será mágico, lindo, íntimo y nuestro.

Y con eso, Honeymaren se acercó a mis labios dejando un pequeño y cariñoso beso.

—¿Puedo dormir abrazada a ti?

Pregunté con algo de vergüenza.

—Por supuesto que sí, amor, ven.

Dijo, mientras abría sus brazos de nuevo y se acostaba en la cama, me tiré a su lado y la abracé con fuerza.

Dejé mi cara entre su cuello y pecho, mientras que ella con una mano acariciaba la piel de mi brazo con cuidado y con la otra, acariciaba mi cintura.

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Otoño invernal (one-shots) Where stories live. Discover now