•Capítulo 5•

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– Pero y además de eso, quiero que sepas que sigo totalmente molesto por lo que sucedió en casa y que, sí, acepto tu propuesta, cumpliré mi parte con total sinceridad y buena voluntad, pero espero que al final del día respetes mi respuesta sea cual sea y que cumplas tu parte del acuerdo. Es decir, que, si decido no unirme a ustedes en el resto de sus encuentros, no me seguirás insistiendo para que lo haga, de hecho, no lo harás nunca más

Me miró fijamente y extendió su mano hacia mí.

– ¿Es un trato?

Miré su mano para después dirigir mi vista hacia la suya.

Me parecía gracioso y me hacía recordar cómo, gracias a una respuesta hacia una frase bastante similar, nos habíamos metido en tantos problemas en su momento. Obviamente esta vez era total y completamente diferente: Mi hermano es el que me está dirigiendo la palabra; Está en juego una posible amistad y, quizás, parte del estado de ánimo de mi hermano de ahora en más, no un montón de vidas (las nuestras incluidas); Y, por supuesto, nadie saldrá herido, o, por lo menos, no de una manera significativa. La verdad es que no imagino que la razón del por qué ese lugar está restringido sea algo capaz de atentar directamente contra la integridad física de algún ser, veo más pertinente que ese lugar albergue información delicada y confidencial acerca de las múltiples atrocidades que pueden cometer los altos mandos que dirigen a los humanos, supongo que la ubicación también es conveniente para únicamente tener que lidiar con un grupo selecto de individuos y no con toda la población. No obstante, obviamente no iba a expresar mi punto de vista abiertamente. ¿Para qué? Era mejor guardarme eso y dar cabo suelto a la idea de que Cuphead nos acompaña principalmente para ser una garantía de mayor seguridad. De todas maneras, en el remoto caso en donde haya algo que pueda darnos alguna señal de que es necesario atacar, yo y mi hermano seremos completamente capaces de mantener la situación bajo control.

Así que regresé a la realidad para agarrar la mano de mi hermano en un firme apretón.

– De acuerdo – Respondí por fin, con un tono suave, pero, de cierta manera, determinado – También te quiero pedir disculpas por todo lo anterior. Ya me di cuenta de lo mal que estuve y prometo que no se repetirá. Así como también prometo cumplir con mi parte del trato – Dije bajando mi vista por un momento, una vez más. Después de todo, la culpa no se iría de manera tan sencilla

– Está bien – Replicó después de unos segundos, con un tono y expresión resuelta. Afirmando un poco su agarre sobre mi mano y dirigiéndome una amplia sonrisa. Sin muchas palabras por parte de alguno, pude entender que la situación ahora estaba bien entre ambos

– Y, bueno, ¿qué hora es? – Preguntó con un matiz relajado, fácilmente identificable en él. Concluyendo el apretón de manos y poniendo las suyas en sus bolsillos

Me apresuré a mirar el pequeño aparato sobre mi muñeca, para relajarme al darme cuenta de que teníamos el tiempo necesario y hasta más para volver con calma a casa y recibir a nuestros ya no tan indeterminados invitados.

El camino de regreso fue igual de silencioso que el trayecto del inicio, aunque, como fácilmente se podría deducir, la falta de ese ambiente tan tenso lo hacía mucho más agradable y le quitaba peso al hecho de que no hubiera una charla. Eventualmente, estuvimos una vez más en casa. Sin necesidad de llegar a un acuerdo, ambos nos sentamos en el sillón de nuestra sala. Cuphead tomó el control de la televisión mientras buscaba un canal para detenerse y yo volví a rectificar la hora, no faltaba mucho tiempo para que se diera la hora acordada, así que decidí quedarme donde estaba y simplemente esperar a que sonara el timbre.

Miré discretamente a mi hermano, ahora estaba desparramado en el sillón y con una expresión calmada, fija a la pantalla que teníamos frente a nosotros. Me alegra saber que, a pesar de que no suele convivir de manera concreta con otros Toon's, está tranquilo ante esa idea. La verdad, yo no podría. La primera vez que hablé con uno de los Toon's que actualmente está entre mis amigos (Mickey, si vamos a ser más exactos), el nerviosismo entró rápidamente en mí y se me dificultaba generar una oración sin tartamudear, aunque sea un poco. Incluso estoy seguro de que en algún momento llegué a sonrojarme. Porque, en estos casos, no es solo conocer a alguien al azar, es conocer a figuras que tuvieron (o tienen) una influencia muy grande no solo para nosotros como minoría, sino para todo un mundo que nos cuadriplica en cantidad.

Tinta negra, corazón no tan oscuroDove le storie prendono vita. Scoprilo ora