Capitulo 14

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“No lo olvidé, jamás te rindas"











— Tengo que irme, no quiero seguir haciéndote perder tu valioso tiempo.

— Sabes que no es molestia, siempre puedes venir a mí a buscar consejos querido amigo – habló Santiago con una pícara sonrisa.



Nos saludamos con un fuerte apretón de manos, no sabía cuándo volvería a ver a mi amigo, así que después de que nos saludamos me aleje. Antes de salir del bar pude divisar a Melania, estaba sentada en la barra, quería acercarme a hablarle y decirle que no quería en lo más mínimo dañarla con este trabajo, en este momento no tenía los huevos necesarios para acercarme. Simplemente la aprecié a distancia suspirando amargamente, Salí del bar rumbo hacia el auto, me senté, encendí el motor y me marché. Mientras iba por la ruta intentaba fijarme en lo que había dicho anteriormente en el pub, eliminar mis sentimientos hacia Candy era la primera opción. Al llegar al departamento subí las escaleras con mi vista puesta en el suelo. Escuché unas voces que reían a carcajadas.




— Tu perrito es muy lindo, querida debes alimentarlo y cuidarlo muy bien – al parecer era mi abuela.

Seguí subiendo las escaleras, las risas más y más se incrementó. Al llegar al último escalón, mi abuela estaba conversando con Candy me quedé en el escalón mientras me sentaba, para apreciar su charla.



— Así es señora, yo lo cuido muchísimo desde que mis padres no están, Roko es el único que me queda, aunque tengo las esperanzas de que mis padres van a volver. – no podía creer que Candy estuviera sola, al parecer sus padres la había abandonado.



— Mi querida niña – mi abuela comenzó acariciar la mejilla de la chica.




Intenté no llamar la atención, pero me fue imposible, Candy me observó con sus mejillas enrojecidas, sin más me dedicó una sonrisa y entró a su casa.


— Alfa, querido ¿En qué momento llegaste? – mi abuela se acercó recibiéndome con un cálido abrazo, claramente acepté el gesto.

—¿Qué hacías hablando con ella?–dije.

—Ah, ¿acaso tengo que pedirte permiso para hablar con quien yo quiera?

— No es eso, no empecemos de nuevo, por favor – suspiré.

— Tranquilo, la chica parece ser buena, es encantadora y muy dulce.


— ¿Parece? – Pregunte gracioso.

— Ya no jodas Alfa, ven vamos adentro, hice un rico Pay de manzana tu favorito – replicó dándome un codazo, no voy a mentir sus codazos dolían.

Entramos y en la mesada de la cocina, ya estaba todo preparado
la tarta estaba sobre un pequeño plató ya cortado, además de eso había una pequeña taza con café italiano, olía perfecto.

— Sabes que Candy está soltera, deberías hablarle, podrían ser amigos.


Casi me vuelvo a atorar con el pedazo de tarta de manzana, querida desaparecer. Era la primera vez que mi abuela me hablaba de ser amigo de Candy, seguramente ella no se había dado cuenta de que ya habíamos tenido el placer de conocernos.



AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora