Vida o filosofía. Primera máscara.

Hegel.

Los racionalistas, con Hegel a la cabeza, insisten en su heroica labor, para ellos, la verdad absoluta es alcanzable, pero requiere del sacrificio de los mártires del pensamiento. Para Hegel, cada pensador que erija su sisema filosófico, contribuirá a nutrir a La Consciencia Del Mundo.

Esta es la más funesta enseñanza que el cristianismo legó a la filosofía tradicional. Ya no se predica: "renuncia a esta vida para alcanzar la vida eterna en el paraíso", sino ahora: "renuncia a esta vida para que la consciencia del mundo logre conocer lo absoluto".

Ustedes, héroes del pensamiento, ya viejos y cansados, cerrarán los párpados por última vez, entregándose a la noche de las noches, confiando en su noble aporte a la humanidad, persuadidos de haber empujado al mundo hacia la verdad absoluta, y si bien sus esfuerzos conducen al mismo espejismo, su tan anhelada identidad, su reflejo mostrará su yo joven, quien convertido en un abominable e inmenso cocodrilo, saldrá de las aguas para devorar al desolado joven en la orilla, para enseguida volverse a contaminar aquel reluciente, transparente y sagrado lago.