Sanders tiene novio (BL)

Capitulo 12 - Respaldo

Capítulo 12
Respaldo

Mar no dejaba de mirar el reloj en la pared, esperando a que fueran las 8:00pm. Su descanso para cenar. Normalmente no le entusiasmaba tanto, pero ese día había quedado de cenar con Sanders, solo tendrían media hora así que quería aprovechar cada segundo. Finalmente el reloj marcó la hora.

—Mi descanso -sirvió una buena porción de papas en un plato y llenó un vaso grande de refresco.

Salió con rapidez al estacionamiento, de inmediato encontró el Tsuru negro de Sanders. El menor justo estaba saliendo del auto cuando Mar se acercó.

—Qué rico huele -dijo Sanders al ver las papas

Entraron al auto, Mar le entregó las papas y la soda a Sanders; mientras que él le entregó un sándwich de champiñones y queso y un jugo de naranja.

—Amo las papas -dijo Sanders al probar su comida- papas al ajo con aderezo de chipotle, mis favoritas

Todo había iniciado gracias a una conversación que habían tenido por la mañana, donde Mar le decía que ya estaba cansado de comer papas y Sanders le respondía que él moría por comer unas papas, así que habían acordado verse a esa hora para intercambiar comida.

—Gracias por venir -dijo Mar

—Gracias por la papas -respondió, dándole un gran sorbo a su Pepsi- Por cierto, tengo algo importante que contarte

—¿Qué cosa?

—Ayer salí con un amigo que resulta ser el hijo del dueño del restaurante chino Long Feng.

—Amo el tallarín que venden ahí

—Solo por curiosidad le pregunté si tenían vacantes para el area de cocina y resulta que sí. Le hablé de ti y me dijo que si te interesa trabajar ahí, mi amigo hablará con su padre para que te den preferencia. El
sueldo solo es ligeramente más alto que lo que ganas en Mundo Papa pero al menos estarías en cocina y no de mesero ¿Qué dices?

—Yo... -realmente no sabía que responder, lo había tomado completamente por sorpresa- sería... muy bueno trabajar ahí. Curricularmente me serviría mucho, Long Feng es el mejor restaurante chino de la ciudad. Sanders no sé qué decir, esta sería una gran oportunidad para mí, te lo agradezco tanto

—No fue nada, en serio. Yo solo pregunté. Agradéceme cuando te contraten

—Tal vez te prepare algo muy rico si eso pasa

—"Si eso pasa", querrás decir "cuando eso pase"

—Suceda o no, te preparé algo rico

—Pues ya se me hizo agua la boca y aún no sé lo que harás

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Lex caminaba de un lado a otro, algo impaciente. Estaba en la guarida de los Angora y en ese momento estaban teniendo un episodio un tanto estresante. Había ocurrido una pelea con una pandilla enemiga y algunos de sus miembros habían resultado heridos, no había sido nada tan grave a excepción de uno de ellos: Jorge, quien había recibido un navajazo en el brazo. Jorge era menor de edad y aunque estaba asustado se negaba a ir a un hospital pues eso significaría que llamarían a sus padres.

—Ya llegó -gritó uno de los Angora

Abrieron la puerta, dejando entrar a Juno. Lex se acercó de inmediato.

—¿Tienen todo lo que pedí? -dijo el pequeño

—Sí, ya está todo en la habitación

Juno caminó con rapidez al cuarto donde tenían a Jorge. Estaba en una silla, con su mano sobre una mesa. El muchacho estaba pálido y sus ojos llenos de miedo.

—A ver déjame ver eso -dijo Juno, su expresión era tranquila, como si hiciera eso todos los días- no es tan profunda, eso es muy bueno

—¿E-Estaré bien? -preguntó el muchacho casi llorando

—Sí, todo estará bien -habló con amabilidad Juno, casi con dulzura- voy a limpiar la herida, va a doler un poco, pero todo estará bien

Lex se quedó en la entrada, viendo cómo Juno se encargaba de toda la situación. Sabía que a Juno se le daban estas cosas, pero nunca lo había visto en acción. Ahora entendía por qué Gato lo había considerado como un elemento de gran valor en la pandilla. Juno había sido el único miembro en los Zorros al que jamás se le había impuesto pelear. El papel de Juno había sido cuidar la salud de sus miembros.

El padre de Juno era médico y tenía una farmacia. Juno solía robar medicamentos y falsificar recetas cuando algún Zorro lo necesitaba. Desde muy pequeño había mostrado interés por lo que su padre hacía y había aprendido bastante. Su padre no era el mejor hombre, pero sí era un buen médico y mientras se tratase de medicina siempre había estado disponible para resolver las dudas de Juno.

Finalmente Juno terminó. Jorge lucía bien, tranquilo, ya se había calmado bastante. Juno se acercó a Lex y finalmente se abrazaron.

—Gracias por venir tan rápido -dijo el mayor- ¿Crees que sea necesario llevarlo a un hospital?

—No creo, debería estar bien con lo que hice

—Eres tan amable cuando atiendes a la gente -se acercó a la oreja de Juno- hasta me dan un poco de celos -susurró

—Amadeus... -el pequeño intentó alejarse, algunos angora observaban y a Juno no le gustaba ser el centro de atención

Según las reglas de los Angora, Juno no debería estar ahí, ya que no era miembro, pero Juno era alguien especial, los Angora sabían que había sido un espía y que muchas de las cosas que habían logrado había sido gracias a su ayuda, así que nadie se quejaba cuando Juno iba a la guarida, lo cual pasaba poco, ya que Juno siempre prefería ver a su novio en algún otro lugar. Cada vez que Lex le ofrecía entrar a los Angora, Juno lo rechazaba. El pequeño ya no quería verse involucrado en pandillas, además, él se consideraba un Zorro y no creía poder dar su lealtad a ninguna otra pandilla, ni siquiera a la de su novio.

Caminaron hasta la salida, ya que Juno no se sentía cómodo dentro. Al principio Juno no lo había notado, pero Lex tenía unos moretones en sus brazos.

—¿Tú estás bien? -esa mirada de cachorro preocupado se clavó en él

—Unos rasguños nomás

Juno bajó su mirada, preocupado. No le gustaba que Lex peleara, pero no se sentía con derecho de decirle que parara. Juno más que nadie entendía lo importante que una pandilla podía volverse en la vida de alguien.

—Oye no pongas esa mirada -Lex le acarició la mejilla- me haces sentir mal

—No puedo evitar preocuparme

—Nada va a pasarme, y si algo pasara, sé que vendrías a salvarme -sonrió, dándole un beso en los labios