Takeo siempre ha sido un joven solitario, pues es bastante competitivo y siempre destacaba en todo. Esto hacía que se ganara la antipatía de muchos a su alrededor. Pero las cosas van a cambiar cuando en la universidad otra persona le robará el puest...
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Estás en el salón de clases todo tranquilo hasta que esa paz se desvanece por completo cuando una compañera se acerca a tu escritorio donde estás sentado. Ya te imaginas para qué será.
—Oye, ¿crees que podrías ayudarme con la tarea?—Te pregunta con curiosidad.
—Olvídalo, no gracias.—Le respondes de mala gana.
—Pero... es que no entiendo bien este tema, y tú eres el más inteligente de la clase.
Te mira con súplica.
—Por favor, ¿sí?
—Pues a mí nadie me ayuda con las tareas, así que hazlo tú sola. No todo te va a venir fácil.
Ella se enfurece y te grita.
—Argh, eres un maldito sobrado y arrogante. ¡Ojalá te quedes solo para siempre!
Se va toda enojada del salón.
Dejas escapar un suspiro por la situación incómoda y molesta que acabas de pasar.
En tu mente solo reniegas por esta tipa y el resto de menudos compañeros que tienes que aguantar todos los días.
—Aish, estos flojos. Todos aquí en esta clase son unos flojos. Pero no los culpo, ellos crecieron con su conformismo y es por eso que no avanzan. Como sea, no debo preocuparme por eso. Mientras siga siendo el número uno en todo, el resto me da igual.
Las horas pasan y finalmente suena la campana de salida.
Sales del salón caminando solo por los pasillos.
**Monólogo interior**
Me llamo Takeo Takahashi. Tengo 17 años y estoy cursando el último año de escuela.
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Sip. Este niño solitario soy yo. Y no, no me da vergüenza decirlo.
Literalmente nunca tuve amigos porque para mí los amigos solo son una pérdida de tiempo. Lo único que me importa en esta vida es ser el mejor en todo, y así fue.
