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𝘥𝘢𝘥, 𝘮𝘰𝘮, 𝘮𝘦 𝘢𝘯𝘥...

El cumpleaños número dieseis de sunoo estaba a la vuelta de la esquina, iban hacer una gran fiesta que fue idea de sus padres, iban a comprarle un lindo vestido, le dejarían pintarse el cabello como habia deseado desde los catorce, invitarían a todos sus amigos, familiares, algunos vecinos e invitarían a algunos amigos de sus padres, aquella gran fiesta que la familia Lee estaba esperando con ansias ahora parecía una pesadilla para todos. Sunoo vio como su padre regreso en la tarde con las compras, su madre le dirigía la palabra, pero este se limitaba a asentir y negar con su cabeza, estaba estudiando —en realidad habia usado eso de excusa para no comer con ellos— cuando su padre subio y tomo su puerta. —¿Quién?— pregunto sacándose los auriculares y escuchar a su padre.

—hey... lamento interrumpirte, pero hoy íbamos a buscar vestidos ¿recuerdas?— dijo el hombre abriendo la puerta, ella miro su calendario, un mayúsculas se podía ver la palabra «vestidos» en negro y corazones rojos a su alrededor, suspiro y se levantó —¿tu vendrás con nosotras?— pregunto tomando su bolsa y teléfono, el hombre la vio extrañada —claro que sí, dijimos que te acompañaríamos ambos para esto— dijo antes de preguntarse a sí mismo, ¿Por qué su hija estaba tan distanciada? Al llegar a su hogar noto como esta estaba el la sala viendo la televisión, el la saludo y alzo los brazos para abrazarla como siempre lo hacia al regresar a casa pero esta vez no fue así, la muchacha tomo camino hacia arriba sin dirigirle la mirada, ¿acaso ella...?

—¿estas emocionada sunoo?— pregunto su madre con un aspecto mucho mejor, sonriente y tomando su bolsa —algo así— espero a que sus padres terminasen de arreglarse para dirigirse al auto. Cerró la puerta detrás suya suspirando, siempre habia imaginado ese día como el mejor de toda su vida, pero ahora parecía una pesadilla. El camino hacia el centro comercial fue callado, recordaba como siempre habia algún tema de conversación entre sus padres o entre los tres, recuerda como su madre tomaba la mano de su padre mientras conducía y este le sonreía para luego preguntarse que tal su día. Ahora, la mujer veia la ventana perdida en sus pensamientos y el hombre miraba a su hija por el retrovisor queriéndole decir millones de cosas y a la vez no querer decirle nada. 

El centro comercial estaba un poco vacío ya que era semana laboral, sonrió al recordar que aquello fue idea de su padre. —hay que ir un miércoles, no esta tan lleno y tampoco tan vacío, perfecto para andar horas de compras— su corazón se sentía vacío al pensar que todos aquellos quince años de su vida, sus padres fingían amarse por ella. O peor, recordar su discusión y sentir sus ojos cristalizarse al recordar que aquel hombre, no era su padre biológico.

—bienvenidos ¿en qué puedo ayudarlos?— dijo una muchacha tal vez dos o tres años mayor que ella, su padre saludo con una inclinación de cabeza mientras su madre le indicaba que tenían que buscar. —síganme porfavor, aquí tenemos todos los vestidos para fiesta que buscan, por la otra esquina también tenemos trajes para el señor de todos los colores— dijo amable, su... el hombre Lee le sonrió con amabilidad y agradeció, la muchacha desapareció entre las prendas y este le pregunto:

—tu color favorito sigue siendo el verde oscuro ¿no? ¿quieres que busque vestidos de ese color?— sintió su corazón romperse, su padre no biológico era su mejor amigo, sabia todo de ella y le hizo sonreír sintiendo ganas de llorar el hecho que recordara su color favorito —ella puede buscarlo sola heeseung, vete a comprar tu traje para la fiesta— ataco su madre de regreso tomándola de los hombros, el hombro solo la vio silencioso asintió y se fue. —lamento que tenga que estar aquí... a pesar de todo, es un hombre de palabra— ambas mujeres vieron irse hasta la sección de hombres. Se separo de su madre y empezó a buscar un vestido, de color verde oscuro. 

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—¿no tienen una talla más grande?— pregunto la rubia a la joven, quien negó apenada —no señorita disculpe, no nos han llegado mas tallas de esa prenda— queria llorar y salir corriendo de ahí, esconderse en su habitación y no salir nunca más. Su madre habia encontrado el vestido perfecto, no era tan como ella queria, pero era hermoso, el hombre Lee dijo que le quedaría fabuloso y su madre colaboro, pero a la hora de tallárselo... le quedaba muy pequeño, le apretaba el torso y no podía sentir su cuerpo. Su madre pedía por tallas mas grandes mientras ella derramaba lagrimas en silencio. Habia subido de peso.

—¡debe tener dios mío! ¡tiene que entrarle!— dijo la mujer para acercarse a su hija y intentar subir el zipper más, cosa que no logro. —lo lamento mucho señorita— se lamentaba la empleada, heeseung se acerco al notar las lagrimas de su hija y le extendió su pañuelo para que se secara. Esta lo vio, con la mirada rota. —chaeyoung porfavor, estas haciendo un escandalo por un simple vestido, podemos ver otro— intento calmar a su esposa, pero esta dejo a su hija y lo miro furiosa —me he dado cuenta, heeseung, que a tus ojos simplemente soy una escandalosa dramática ¿no es así? ¡siempre hago dramas y tú tienes que aguantarlos!— el peli negro tomo sus manos para intentar callarla, le sonrió a la muchacha con pena —chaeyoung no en público porfavor— pidió entre dientes, la rubia se soltó con fuerza de su agarre bufando —no heeseung, si yo quiero hacer una escena voy hacerla, porque no soy nada mas que una quejosa dramática, ¿sunoo no lo era verdad? ¿el prefería chupártela en vez de hablar verdad? ¡porque el no te hacia escenas!— heeseung enojado tomo la muñeca de su mujer y la saco de la tienda indicándole antes a su hija que se cambiara rápido. Caminaba con la mujer arrastrándola hasta el parqueo nuevamente, todos en el centro comercial podían verlos y se alejaban con rapidez. Abrió la puerta del auto y soltó a la rubia. —entra.

—¿Qué?

—¡entra de una puta vez te estoy diciendo!— grito, asustada entro y cerro la puerta viendo por el vidrio a su esposo regresar, supuso que iría a por sunoo... —lamento mucho que tuvo que presenciar aquello, me llevare el traje que le dije y... — veia como su hija miraba los vestidos melancólica, le rompía verla así. —si tiene algún vestido parecido a el verde, avíseme porfavor— Lee pago todo dejando su número de teléfono para que lo contactaran para cualquier llegada de prendas nuevas, se acerco a la muchacha sonriente y la tomo por los hombros.

—¿vamos?

—vamos... 

El camino de regreso a casa fue incomodo, sunoo sabía que nada volvería a ser como antes, no importase lo mucho que lo deseara, nada iba a regresarle a su familia. Su madre siguió alegando por horas, su padre solo la escuchaba sin decir una sola palabra, ella escribía en su computadora unos apuntes, escuchando con atención la discusión nueva que se habia creado en la sala. Heeseung, le habia dicho a la mujer que no habia que ponerse así por una talla de vestido, ponía incomoda a la empleada y hacia sentir mal a Sunoo, pero Chaeyoung solo le gritaba «¿¡y porque defiendes tanto a la empleada!? ¿¡es tu otro amante o que!? Ah no cierto, eres un mariquita» odiaba que su madre le llamara de esa manera a el hombre que paso años cuidándolas y amándolas, no de manera romántica como ella esperaba tal vez, pero las amaba. Porque si no hubiera sido así, el las pudo haber abandonado hace mucho. 

𝘴𝘶𝘯𝘰𝘰 ☺︎ 𝘩𝘦𝘦𝘴𝘶𝘯Where stories live. Discover now