CAPÍTULO 26

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Llegamos a la mansión Leagan y ni bien entramos pregunté dónde estaba mi mamá, a lo que me contestaron que se encontraba con la tía abuela Elroy en el pequeño salón, así que nos dirigimos rápidamente ahí.

—Mamá, tenemos pruebas de la inocencia de Candy. —Abro la puerta a lo que ambas mujeres me miran alarmadas.

—¡Eliza! No puedes entrar de esa manera. —Exclama mamá escandalizada. —¿Dónde están tus modales? Realmente desde que esa criatura llego, ya no te comportas como es debido.

—Mamá, lo lamento. Pero, esto es urgente. —Trato de tranquilizarme, para no recibir más regaños. —Necesito que escuches esto.

—Eliza, si es por lo de Candy, olvídalo, ya tomé una decisión y no cambiaré de opinión. —Suspira mi mamá mientras se acomoda el vestido. —Puedes retirarte, no hablaré más del tema.

—Tengo prueba de que Candy fue inculpada. —Saco la grabadora de mi bolsillo y se lo extiendo. —Si no me escuchas, entonces que pasara con la reputación de que la familia Leagan y Ardley son justas, ya que estarías echando a una niña que es inocente.

—Eliza, no puedo creer que estés tan empeñada en esto. —Frunce el ceño con molestia.

—Querida, será mejor escuchar lo que dicen. —Dice la tía abuela. —Después de todo, nuestra familia no puede pecar de injustos.

—Entiendo, tía abuela. —Mamá toma la pequeña grabadora y la mira confundida. —¿Cómo funciona esto? —Prendo la grabadora y de ella podemos oír la "conversación" que tuve con Sara, cuando termina de sonar mamá se queda en silencio.

—No puedo creer que una simple sirvienta se atreva a jugar con nosotros. —Comenta molesta la tía abuela Elroy, pero veo como termina fijando su mirada en la grabadora. —Eliza, ¿Cómo conseguiste este aparato?

—Yo lo construí, tía abuela. —Responde Stear y se muestra tímido. —Eliza se interesó en eso y se lo regalé. Aunque, la verdad ni me acuerdo como lo construí, pero me alegra que haya servido como prueba de este caso. —Termino de hablar y la tía abuela asiente, en esos momentos llega Stewart trayendo a Sara consigo, ya que mamá se lo había ordenado.

—Lo he decidido, tomarás el lugar de Candy y serás tú quien vaya a México. —Dice decidida mamá.

—¿Qué? Pero señora Leagan, no hice nada malo yo... —Antes de que pudiera continuar con su teatro, vuelvo a reproducir el audio y cuando más lo escuchaba abría los ojos cada vez más. —Tú me engañaste. Eres tan despreciable, Eliza Leagan.

—Lo dice la persona que inculpo de ladrona a una niña inocente. —Comenta Stear y juro que es la primera vez que lo veo tan serio. —La más despreciable aquí eres tú y nadie más.

—Stewart, no dejes que se escape. Ella será enviada a México mañana a primera hora. —Suspira mamá y se levanta. —Tía abuela, lamento ser tan mala anfitriona, pero necesito descansar por un momento.

—Por supuesto, ve tranquila. —Le responde mientras también se disponía a salir.

—Mamá, un momento, por favor. —Ella se detiene, pero no voltea a verme. —¿Qué pasará con Candy?

—No hizo nada, por ello se puede quedar. —Eso es todo lo que dice y se va.

—Sí, lo logramos, chicos. —Empiezo a brindar de la emoción.

—Hay que decirle a Candy la buena noticia. —Exclama feliz Archie.

—Cierto, vamos. —Me sentía aliviada de que todo esté yendo bien, pero aún no me voy a relajar hasta que llegue mañana y Sara se vaya de la mansión. Fuimos más tranquilos al cuarto de Candy, donde ella estaba empacando sus cosas y Neil las desempacaba.

Renací como la Villana de Candy CandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora