Parte 9

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Los tres abandonaron Londres después de Hermione se bañará y cambiará de ropa, y que un muy alegre Harry quemará ese horrible vestido de novia. Kreacher como prometió llego con todas las pertenencias de la castaña, todas muy bien ordenadas y guardadas. Al estar todos listos por medio de un traslador y la ayuda de Kreacher se trasladaron a la mansión Potter en Canadá, que se ubicaba al norte de la provincia de Columbia Británica. La mansión estaba en estupendas condiciones debido a que Harry hace casi un año había mandado a arreglarla para que estuviera completamente habitable y cómoda para ellos.

Con trabajo tanto físico como mágico arreglaron todas sus pertenencias para que estuviera del gusto de los tres. Harry se apropió de un gran salón que había pedido que modificaran para que el pudiera entrenar y que en ese mismo salón tuviera acceso a un estudio donde podría trabajar, ya que había hablado con el jefe de seguridad del ministerio canadiense para que el pudiera trabajar ahí como auror, este saltó de felicidad por tener a un gran personaje como lo era Harry en su departamento, así que le ofreció el puesto de Jefe de escuadrón, que era el puesto que iba a tener Potter si hubiera seguido en el Reino Unido. Draco tenía en disposición el sótano, que había sido modificado para que fuera un laboratorio para el trabajara y estudiara, ya que él iba comenzar a ser aprendiz de un gran alquimista ruso que llevaba muchísimos años viviendo en Canadá, sinceramente estaba fascinado por cómo había quedado el lugar para él. Mientras que Hermione se apodero completamente de la biblioteca, la cual estrenaba nuevos libreros y ventanas que le daban una gran iluminación, así como una chimenea junto unos cómodos sillones que mantenía el lugar acogedor, sobre todo por el clima que imperaba en el lugar, un espacioso escritorio dominaba el centro de la biblioteca. Tenía decido inscribirse en la academia de leyes, si iba a empezar desde cero lo iba hacer bien e iba empezar encaminándose por cumplir sus sueños.

El momento que fue un tanto incomodo fue al momento de repartir las habitaciones, por lo que sabía Harry y Draco compartían habitación, aunque Draco poseía la propia para los momentos que deseaba estar solo; estaba claro que Hermione también iba a entrar en esta dinámica, mas no lo habían conversado nada del asunto y una parte de ella lo agradecía que no la presionaran sobre ello. Harry se quedó con la habitación principal, mientras que Draco se quedó con la habitación que quedaba al frente, que era un poco más pequeña, aunque contaba con un buen escritorio y un gran librero, mientras que Hermione se quedaba con la habitación de al lado de Harry, que tenía una estupenda iluminación junto con un librero y un diván, además del suficiente espacio para cada una de sus pertenencias. Claramente podían modificar las habitaciones al completo gusto de cada uno, Harry dejo sumamente claro que ahora aquel era el hogar de los tres.

La convivencia de los tres fluía como el más calmado río, había largas conversación en la noche después de una buena cena, durante el día cada uno se dedicaba en lo suyo, aunque al momento de que uno se desocupara buscaba alguno de los dos restantes para hacer compañía durante el trabajo. Las comidas siempre que se podían estaban los tres presentes hablando de algún tema que se había presentado durante el tiempo que no se vieron, lo que sí o sí realizaban junto era la cena que se realizaba entre conversación y bromas. Claro hubo momentos que se presentaron roces o discrepancias, los tres poseían caracteres distintos y bastantes fuertes por lo cual no era nada extraño que se presentaran choques aun así al final siempre lograban limar sus asperezas y quedar en paz. Lo que si habían cambiado un poco era el afecto que se mostraban, Harry y Draco eran mucho más demostrativos con sus muestras de cariños tanto dentro como fuera de la casa, se notaba que la presión que caía en ellos en Londres ya no estaba presente; Hermione también había entrado en esta dinámica con largos abrazos, con acaricias sutiles, tomadas de manos, así también con besos en la cara y en el cuello. Siempre que se quedaban conversando después de la noche, había una posición que casi todas las noches tomaban que era con Harry sentado casi de lado en el sillón con su espalda apoyada en el respaldo, mientras que Hermione se sentaba entre sus piernas con su espalda y cabeza apoyada en el abdomen del pelinegro, y Draco también se colocaba entre las piernas de Hermione y se ponía casi encima de ella mirando hacia los dos. En esta posición se mantenían largas horas conversando junto al fuego de la chimenea. Aun así, las cosas entre los tres no habían escalado más allá, principalmente porque ninguno de los dos hombres desea presionar a Hermione, pero está se sentía más que preparada para dar ese paso solo que no sabía cómo darlo.

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