❚10 𝘙𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘋𝘦𝘭 𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦́ 𝘛𝘦 𝘖𝘥𝘪𝘰 𝘚𝘦𝘯𝘴𝘦𝘪.❚

❥︎Odio Qué La Abraces A Ella

¡Te odio tanto, sensei!
Ayer por la tarde estaba cerca del parque cuando te vi abrazándote con una rubia. Eres malvado sensei.

No puedo creer que estés abrazándola a ella cuando yo te cocine unas galletas de las que te gustan, te odio.

Esta vez se sorprendió al recibir una de las notas dentro del bolsillo de su saco. No esperaba que esta admiradora lo haya visto con Ilea, la cual era su prima, más aún que era su cumpleaños.
Empezó a reír a carcajadas por esto.

Sin dudas esta admiradora extraña.
Pero lo principal para él era descubrir quien era la autora detrás de estas misteriosas como también divertidas palabras, deseaba conocerla.

Cómo la primera nota la había encontrando en el curso del último año, debería ser una alumna de allí. Mañana a primera hora iría a pedirle a Sherine qué le prestara unos minutos de su clase para poder indagar entre los alumnos sobre la posible autora.
Debería de ser discreto por esto.

. . .

—¿¡Tienes una admiradora!? ¡¿Qué encima es una alumna tuya?!

Había olvidado que la pelirosa no era buena cerrando la boca, todos en aquel salón de maestros miraron con atención al par de profesores que intentaban tener una charla común, pero Sherine no cooperaba en esto.

—Shh... Guarda silencio, Sherine... Solo debo de ingresar a tu horario hoy y dejar mis cosas sobre la mesa. Seguro que la autora dejaría otra notita entre mis libros. —Había dicho Ignis mientras trataba de susurrar.

—Parece ser qué te esta llamando la atención esta admiradora... Lo bueno es que yo ya se quien es.

El albino se sorprendió cuando su compañera le extendió una notita entre sus dedos, ya pudo reconocer de que se trataba.

Inmediatamente lo tomo para poder leer lo que estaba escrito, empezó a reír bajamete por el contenido.

Vaya, sensei.
Ayer lo escuche decir que querías saber sobre mi identidad~ Vaya qué eres astuto al tratar de arruinar mi mañana con la maestra de ciencias, la profe Sherine por suerte es mi cómplice.

Pista... Podrás diferenciarme cómo cerezas qué disfrutas en tu malteada de moras azules.

Ignis no comprendió nada sobre lo que estaba escrito, ¿Cerezas? ¿Moras azules?
¿Qué clase de adivinanza era esa?