Capítulo XXXII

309 18 7
                                    

—Óbito.
Asher Abbey.

La veo allí. Su cuerpo es tan débil que no puede sostenerse por sí sola... No hay vida en él.

Sus labios que antes eran rosas y que, a veces, eran adornados por un labial rojo, se encuentran totalmente pálidos ahora.

Su cuerpo desnudo está acostado en mi cama, pero no me causa lujuria, no cuando está en este maldito estado.

Sus ojos están cerrados, y me duele saber que no volverán a abrirse ni a mirarme con amor o pasión.

Me acerco a ella con un vestido blanco y ligero en mano. Después de quedarme viéndola por algunos segundos, procedo a ponerle aquel vestido.

Pasan algunos minutos, cuando me encuentro dando lo mejor de mí para que el labial quede bien.

Y cuando ya todo está bien, la veo, mientras acaricio su cabello y las lágrimas empiezan a acumularse nuevamente en mis ojos.

<~Adrián entra desesperado a la fiesta, mientras grita—. ¡Llamen al novecientos once! —al ver su desesperación y preocupación, no puedo evitar acercarme a él, y tomarlo de los hombros.

—¿Qué pasa, Adrián? —le pregunto con preocupación.

La música para, y todos nos miran con atención, cuando Adrián habla nuevamente, pero esta vez para dejarme sin aliento.

—Es Ela... Ella... Ella se cortó las venas...>>

No he vuelto a ser feliz desde ese momento.

Quizás la tontería que hice al aceptar a Isabela frente a Ela, y besarla, causó algo sin remedio que me dejará marcado y adolorido por siempre.

Y no fue hasta que hice lo mismo, que comprendí a Ela.

Cuando amas haces cosas tan estúpidas, tan fuera de ti...

Te han robado tu estabilidad emocional y solo quieres dejar de sufrir, hacer que no duela más... Tener estabilidad emocional nuevamente.

Sí... Si tan solo la hubiese perdonado, si nos hubiésemos dado otra oportunidad, ¿Cómo hubieran sido las cosas?.

No fue hasta que sentí la desgracia derrumbar mi mundo, que entendí que todo inició por él, pero que terminó en mí... En el amor que realmente ella sentía por mí...

Si tan solo le hubiese creído... Esta mierda no hubiese pasado.

<<—Mi mejor amigo... —acercó más su rostro al mío—. No sé en qué momento me enamoré de mi mejor amigo, no sé cuándo sus besos se volvieron una necesidad para mis labios, no sé cuándo mi corazón empezó a latir solo por él...>>

La tomo entre mis brazos, su cuerpo frío hace contacto con él mío. La abrazo, me aferro a ella, al olor de su perfume.

No puedo evitar derramar lágrimas sin consuelo alguno.

Se trata de Ela, la chica que he amado toda la vida y que ahora acabo de perder para siempre.

—Ela... —susurro—. Por favor despierta y dame una cachetada por no haberte perdonado antes... Pero despierta.

No obtengo respuesta.

Ya no siento su corazón latir de manera desenfrenada cuando la abrazo. Ya su respiración no acaricia mis oídos. Ya sus risas traviesas no me hacen reír.

Solo es ella... Sin vida.

—¿Puedes despertarte por favor? —le pregunto—. Te lo estoy pidiendo —cierro los ojos, y escondo mi rostro en su cuello—. ¡Despierta! ¡Maldición! ¡Despierta!.

—Has lo que quieras conmigo. Sedúceme, utilízame, quiéreme como tu mejor amigo, pero haz algo, no te quedes así como... Como si no te voy a volver a tocar.

Aferro más mi cuerpo al de ella, mientras lloro y maldigo una y otra vez.

Después de algunos minutos, escucho la puerta abrirse lentamente. Y una mano tocar mi hombro—. Lo siento mucho, ella era tu mejor amiga, sé que la querías mucho.

—No era solo mi mejor amiga, creo que lo sabes. Ella... Lo fue todo, y lo es todo para mí. Y no, no la quería, yo la amaba, y lo seguiré haciendo por siempre.

—Sí... Sé que la amabas, pero ya ella falleció, Asher —levanto la cabeza, y le dedico una mirada helada—. Yo... Es mejor que me vaya.

Empieza a caminar hacia la puerta, pero antes de que se vaya, hablo—. Isabela, no mereces luchar contra un... Fantasma —vuelvo a esconder mi rostro en su cuello, y después de unos segundos, escucho la puerta cerrarse.

—Ela...

—Mi Ela...

—Solo han pasado algunas horas y ya te extraño como nunca te había extrañado en días, quizás sea porque sé que esta vez, las horas se van a convertir en una eternidad... En una vida que para mí será eterna sin tus besos, sin poder tocarte, mirarte a los ojos y decirte cuánto te amo.

—Es para mí tan difícil acostumbrarme a la idea de vivir sin ti, Ela...

—Es tan doloroso, que no sé si lo podré soportar o si terminaré como tú.

Hablar con ella y no tener su atención, ni escuchar que me responda, es algo que me está torturando.

—¡Daniela! ¡Princesa! —escucho a Delia llamar a su hija con desesperación.

—Por favor, señora, cálmese —le pide Anita.

—No es que yo no me puedo calmar porque es que esta mierda no puede ser verdad.

Tomo a Ela entre mis brazos y salgo de mi habitación.

Me quedo parado en las escaleras, viendo como su madre las sube desesperadamente. Pero cuando me ve con su hija sin vida, en mis brazos, para.

—Daniela... Princesa... —exclama con un tono como si estuviese hablando con un bebé—. Bájate de ahí y ven a decir malas palabras. Te encanta decir malas palabras... —se queda callada algunos minutos—. Sé que me extrañas y que solo hiciste estos para que volviera, pero ya deja de hacerme bromas, Daniela, sabes que esa mierda no me gusta. Y sí, también estoy diciendo malas palabras, así de desesperada me tienes...

Al ver que no responde y al notar mi rostro, su sonrisa se desvanece, y se acerca a mí rápidamente.

El ver sus ojos tan cerca, me recuerdan a los ojos de Ela. Ellas son tan idénticas, que me hace daño verla.

—Daniela... Princesa —llora desconsoladamente—. ¡Ya despiértate! ¡Despiértate! ¡Mierda! ¡Tuve que soportar un maldito y doloroso parto por ti! ¡¿Y a ahora te vas así sin más?! —grita enojada.

—-Nota de autora: Gracias por cada voto que están dejando y por el apoyo que le están dando a la novela. Los quiero un montón. 💗

🍒Desvírgame [+18]🍒Where stories live. Discover now